tag:blogger.com,1999:blog-52445292024-03-14T08:16:13.529-03:00EXABRUPTOS<em>"Je ne compte pas mes emprunts, je les pèse."</em>Unknownnoreply@blogger.comBlogger1025125tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-74608106054871143172015-09-01T02:11:00.002-03:002015-09-01T02:58:43.059-03:00Hadran Alach Simon<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoJDE3w3uPRMNYNV4PDngOKbGTH8iOtK2Hj8mzKGHP_lqP_8uO3AkOHNWWFmPZtOQ07Ol5S6wAhhw2MOr1Mm34dDFa_tX1_gUcKvVTINkQk69qjWdqY3N1Ou4YvZqyvdHhxQTl/s1600/benninga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoJDE3w3uPRMNYNV4PDngOKbGTH8iOtK2Hj8mzKGHP_lqP_8uO3AkOHNWWFmPZtOQ07Ol5S6wAhhw2MOr1Mm34dDFa_tX1_gUcKvVTINkQk69qjWdqY3N1Ou4YvZqyvdHhxQTl/s200/benninga.jpg" width="156" /></a></div>
<br />
<br />
Parece que cuando los estudiosos de la Torá terminan el texto sagrado recitan <i><a href="http://www.myjewishlearning.com/rabbis-without-borders/the-jewish-way-in-saying-goodbye/">Hadran Alach</a> </i>que significa "volveremos al texto". Porque nunca se abandona un texto, se lo revisita como una tarea pendiente.Eso nos pasa con los profesores, aquellos de los que aprendemos siempre. Hace un par de días murió un profesor, <a href="http://simonbenninga.com/">Simon Benninga</a>.<br />
<br />
Mi primer cruce con Benninga fue cuando, por casualidad, un buen amigo me prestó su <a href="https://mitpress.mit.edu/books/numerical-techniques-finance"><i>Numerical Techniques in Finance</i></a>. Comenzaban los 90', no había aprendido finanzas en la facultad ni en la maestría y me las tenía que arreglar por mi cuenta en mi bautismo en el sistema financiero. Prácticamente no existían libros que guiaran como implementar en una hoja de cálculo lo que uno leía en los <i>papers</i>. Pero el libro pionero de Simon me ayudó a saltar las primeras vallas y me enseñó a poner la teoría en Lotus. Y mucho más que eso. Me dio un oficio.<br />
<br />
Años después me tocó, junto a un colega y amigo, introducir finanzas en la curricula de la UBA bajo el increíble título de Mercado de Capitales y Elementos de Cálculo Financiero. Nuestra intención era dar un curso aplicado, que tuviera a la implementación (ahora en Excel) como una parte esencial del mismo. No se trataba de quitarle importancia a la teoría sino, al revés, aprenderla usándola. Y más adelante nos tocó, con otro colega y amigo, enseñar finanzas en la Maestría en Economía de la FCE-UBA. ¿Cómo armar una materia aplicada desde casi nada?<br />
<br />
Afortunadamente para nuestra experiencia docente, Simon publicó otro libro enfocado a la implementación de las finanzas modernas: <i><a href="http://www.amazon.com/Financial-Modeling-Simon-Benninga/dp/0262027283/">Financial Modeling</a> </i>¡qué ya va por su cuarta edición! Tímidamente le escribí a Simon pidiéndole permiso para utilizar y distribuir algunos de los archivos que acompañaban a su libro que pocos acá podían comprar. Generoso, Simon abrió las puertas y sólo pidió a cambio <i>feedback</i>. Encantado de que usemos su texto sólo quería mejorarlo a medida que pasara el tiempo.<br />
<br />
Además de un gran profesor, Simon fue un académico de altísimo nivel, con publicaciones en los journals más importantes de la profesión y editor de tantos otros. Aunque, claro, mi parte preferida de su obra fue (es) su esfuerzo para que las finanzas tuvieran una contraparte empírica, aplicada, útil.<br />
<br />
Me imagino (espero) que Simon esté ahora junto a otros grandes profesores. Y nosotros, sus estudiantes (los directos e indirectos) seguiremos haciendo lo que mejor podemos hacer con los grandes profesores: revisitarlo.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-56171076205238301412015-08-01T09:19:00.002-03:002015-08-01T09:20:47.837-03:00De eso no se habla<a href="http://www.lanacion.com.ar/1814464-axel-kicillof-no-hablen-de-un-atraso-cambiario-porque-joden-a-la-gente" target="_blank">La demanda de la política de ocultar el atraso cambiario</a>, como si no mencionarlo fuera a evitar sus efectos, me hizo acordar a estos párrafos del filósofo Thomas Moro Simpson en ese libro fenomenal que es <i><a href="http://www.accionfilosofica.com/misc/1304431918crs.pdf" target="_blank">Formas lógicas, Realidad y Significado</a></i>:<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
La distinción clara entre las palabras y las cosas es un
producto tardío del espíritu humano. En la cosmovisión de la humanidad primitiva,
el <i>nombre</i> forma parte del ser de los objetos, quizá del alma, y sólo una
cuidadosa protección puede alejarlo del peligro acechante. El fetichismo de la
palabra logró sobrevivir en la época histórica: "La deidad guardiana de
Roma tenía un nombre incomunicable; y en algunas zonas de Grecia antigua, los
nombres sagrados de los dioses eran grabados en láminas de plomo que se
arrojaban al mar, con el fin de protegerlos contra la profanación”.<br />
<br />
Observa un autor que los indios norteamericanos
"consideran su nombre como una parte definida de su personalidad, a igual título
que sus ojos y sus dientes, y creen que el manejo malintencionado de su nombre
puede causarles tanto daño como una herida en cualquier sitio del cuerpo”. Se debe a esta creencia que muchos salvajes se
esfuercen ocultar por sus nombres, para evitar las operaciones mágicas de sus
enemigos. Los cafres nos han Iegado una ilustración
pintoresca de esta concepción semántica primitiva.
Creían que el carácter de un individuo es modificable mediante el uso mágico de
su nombre. Para modificar el carácter de un ladrón y convertirlo en un hombre
honesto, la receta es la siguiente: se grita su nombre sobre un puchero con agua
hirviendo y con “medicina”, se tapa el puchero y <i>se deja el nombre macerándose durante siete días</i> (J. G. Frazer, <i>La Rama Dorada</i>). </blockquote>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-23662149727762456682014-05-24T12:45:00.002-03:002014-05-24T12:54:11.071-03:00Stiglerianos versus friedmanitas<a href="http://josemramon.com.ar/wp-content/uploads/Evepyela-Revista-internacional-de-filosof%C3%ADa-y-epistemolog%C3%ADa-de-las-ciencias-econ%C3%B3micas.pdf" target="_blank">Escribiendo una revisión del libro de la McCloskey</a>, <i>How to be human – though an economist</i> me encontré con una cita preciosa, que un tuit me llevó a recordar.<br />
<br />
Uno de mis capítulos-artículos favoritos es "Yes, Competence is Profitable, Now That You ASK; But Why Ask?". Es la respuesta de la McCloskey a Laband y Taylor (1992) que buscaron contrastar la (supuesta) afirmación de McCloskey de que escribir bien es provechoso para el economista.<br />
<br />
En particular, estos autores compararon el estilo de economistas en revistas especializadas y en el Wall Street Journal y concluyeron que, en tanto el estilo no parece influenciar el éxito de los economistas, los beneficios de aprender a escribir bien son bajos.<br />
<br />
McCloskey -socrática como siempre- comienza su respuesta rememorando un diálogo entre George Stigler y Milton Friedman.<br />
<br />
"George: Milton ¡sos un predicador! Si la gente quisiera libre-comercio, lo tendría. Si no lo quieren, no importa cuanto esfuerzo de persuasión hagan los economistas, no van a cambiar de opinión.<br />
<br />
Milton: Ah, ahí es donde somos diferentes, George. Los dos admiramos a los mercados pero vos crees que ya hicieron su trabajo.<br />
<br />
George: ¿Y por qué no? La gente persigue el interés propio y votan con sus billeteras - ¡es suficiente mercado para mi! Ellos compraron aranceles, aranceles debe ser lo que quieren.<br />
<br />
Milton: No. Ellos persiguen sus intereses pero, a menudo, no saben cuales son sus intereses. La gente necesita educación. El ciudadano medio no tiene idea de que los aranceles son dañinos.<br />
<br />
George: ¡Educación! Intentá educar a un lobbista de la industria textil.<br />
<br />
Milton: Como te dije, es ahí donde no estamos de acuerdo. Soy un maestro y creo que la gente hace <i>algunas</i> cosas porque son ignorantes.<br />
<br />
George: Y yo soy un científico, un economista científico: la gente hace lo que hace porque es sabia."<br />
<br />
Y concluye, fenomenal, McCloskey. <br />
<br />
<b>"Laband y Taylor son stiglerianos. Creen, con el Dr. Pangloss, que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Los friedmanitas , mi propia tribu, cree que <i>podríamos</i> vivir en él si sólo nos detuviéramos a pensar. Los stiglerianos suponen la racionalidad; los friedmanitas la enseñan. Los stiglerianos celebran al mundo; los friedmanitas lo cambian. Los stiglerianos detestan la política: lo que es, es. Los friedmanitas la abrazan: lo que pueda ser, será. Los stiglerianos son pesimistas, a la manera del maestro. Los friedmanitas son optimistas."</b><br />
<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-89264066919134704232014-04-02T03:37:00.003-03:002014-04-02T11:46:37.215-03:00Porqué el cupón PBI no se tiene que pagar (para dummies)Finalmente, Axel Kicillof anunció el crecimiento de 2013 en la nueva base 2014: 3%. La lectura inmediata, en términos de la contingencia de pago del cupón PBI de 2013, que debería hacerse en diciembre 2014, fue NO SE PAGA. El valor del cupón en dólares casi se redujo a la mitad. El mercado estaba de acuerdo con la interpretación convencional del prospecto: si se crecía menos de 3.2% en 2013, el cupón no se gatillaba.<br />
<br />
Sin embargo, rápidamente apareció una interpretación alternativa. Crecer 3% en la nueva base resultaba en un crecimiento de 1.4% en la base original, re-escalada de acuerdo a las (supuestas) instrucciones del prospecto de emisión de los bonos y cupones del canje.<br />
<br />
Sorpresivamente, uno de los <a href="http://www.lanacion.com.ar/1676766-pagar-o-no-pagar-el-dilema-del-cupon" target="_blank">defensores de la interpretación alternativa fue Guillermo Nielsen</a>, el secretario de Finanzas en los tiempos del canje, sin duda entonces una opinión autorizada. ¿Es correcta la interpretación alternativa?<br />
<br />
<a name='more'></a>Lo acepto de entrada: la redacción los prospectos de emisión 2005 y 2010 (algo menos este último) es ambigua para el caso contemplado de un cambio en la base de estimación del PBI. Transcribamos uno de los documentos originales del canje:<br />
<blockquote class="tr_bq">
If in any year, the year of base prices for calculating Actual Real GDP is changed by INDEC, the Base Case GDP will be adjusted accordingly. For example, if Actual Real GDP for 2006 with 1993 prices is X, and with 2000 prices is Y, then the Base Case GDP = Base Case GDP as per chart above multiplied by a fraction, the numerator of which is Y and the denominator of which is X.</blockquote>
De acuerdo al prospecto, la cuenta que hay que hacer para re-escalar es (B/A)*C (donde las letras corresponden a las columnas de la tabla). Sin embargo, se abren aquí dos formas posibles de hacerlo.<br />
<br />
Una, la interpretación convencional, mantiene constante el factor o ratio que se usa para re-escalar (B/A) utilizando como datos fuente el año del cambio de base. Entonces, para 2012, la cuenta sería:<br />
<br />
PBI re-escalado según la interpretación convencional = (B/A)*C para el año 2012 = 567,871<br />
O, en números, (736,406/468,301)*361,125 = 567,871.<br />
Y para 2013: (736,406/468,301)*372,754 = 586,158
<br />
<br />
Hay que enfatizar que dejamos fijo el factor o ratio con el que re-escalamos: (736,406/468,301). ¿Y por qué tomamos 2012 y no 2013, cuando efectivamente va a cambiar la base? Porque, hasta ahora, el 2013 completo en base
1993 no se publicó; sólo tenemos una aproximación al crecimiento anual,
4.9%, pero dada por el EMAE que es parecido pero no lo mismo. Lo que correspondería es tomar (B/A) pero 2013. Vamos a decir lo obvio, pero importante: como multiplicamos la serie de año base por un mismo número, la tasa de crecimiento (una de las condiciones de pago del warrant) no cambia al re-escalar. Notese, en la tabla, que las tasas de crecimiento de las columnas C y D son las mismas.<br />
<br />
La interpretación alternativa, en cambio, sostiene que el factor o ratio que usamos para re-escalar es variable y va cambiando todos los años. Así, en 2012:<br />
<br />
No hay cambios en 2012, (736,406/468,301)*361,125 = 567,871<br />
Pero en 2013 la cuenta queda (758,681/491,248)*372,754 = 575,679<br />
Hay que notar que, ahora, la tasa de crecimiento en el año base re-escalado entre 2013 y 2012 ya no es 3.2% sino 1.4% (y, además, hay que mencionar que para la estimación supusimos que 4.9% reportado para el año por EMAE es equivalente a PBI).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4p65MekwlAYpo7jX5dJNE58-ny6U5zHMINbCdNe_oEn1qvWc71MDSjcI5lGXxvWHI_r0jHdTKLuNjOOSH1AaK0Jyg_C39jZc6tDlJ7U4yZ7XlPFUWCIrkE-r09cNwVKaoju-R/s1600/cupon+PBI+interpretaciones.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4p65MekwlAYpo7jX5dJNE58-ny6U5zHMINbCdNe_oEn1qvWc71MDSjcI5lGXxvWHI_r0jHdTKLuNjOOSH1AaK0Jyg_C39jZc6tDlJ7U4yZ7XlPFUWCIrkE-r09cNwVKaoju-R/s1600/cupon+PBI+interpretaciones.jpg" height="70" width="400" /></a></div>
<br />
<h4>
<span style="font-size: small;"></span></h4>
<h4>
<span style="font-size: small;">Crítica de la interpretación alternativa</span></h4>
<br />
¿Cuál es la intuición económica detrás de la interpretación convencional? El cambio de base de las cuentas nacionales debe dar lugar a la re-expresión del año base en unidades monetarias constantes diferentes. Es decir, sólo corresponde el ajuste entre pesos constantes de 2004 frente a pesos constantes del 1993. Y este es un ratio constante.<br />
<br />
Más aún, el cupón PBI tiene varias condiciones de pago. Una, llamemosla de stock, requiere que el crecimiento acumulado desde la emisión del instrumento hasta el momento de la decisión de pago sea mayor al caso base. Otra, llamemosla de flujo, require que en el año en cuestión la tasa de crecimiento observada sea mayor a la tasa de crecimiento del PBI base. Y esta tasa que gatilla el cupón ¿es (fue) arbitraria? No. Se diseñó convergiendo a 3% porque se consideró, luego de estudiar c100 años de la serie de tiempo del PBI, que 3% era el crecimiento potencial o sostenible de la economía argentina (el promedio de la serie daba 3.X%). Argentina iba a pagar el cupón, por lo tanto, sólo aquellos años que se creciera por encima del PBI potencial. El problema con la interpretación alternativa es que llevaría a pagar el cupón aún en años donde se crece por debajo del PBI potencial.<br />
<br />
Además, la interpretación alternativa exige que Argentina mantenga dos juegos de cuentas nacionales, en base 1993 y en base 2004, por toda la vida del cupón, lo cual no tiene ningún sentido. Y como si fuera poco, la interpretación alternativa deja incierto el propio valor que gatilla el pago del cupón en un año determinado hasta marzo del año siguiente cuando se anuncia el crecimiento, haciendo imposible la valuación del instrumento.<br />
<br />
La única intuición posible detrás de la interpretación alternativa es desincentivar potenciales revisiones a la baja del PBI. Pero si este hubiera sido el objetivo al emitir el instrumento ¿por qué no hacer explícito el mecanismo?<br />
<br />
A mi juicio, de economista y no de abogado, la interpretación alternativa está prácticamente vacía de intuición económica. Y, además, plantea demandas de cálculo que no tienen sentido o son impracticables. La interpretación convencional, en cambio, además de sentido económico es consistente con el contexto de la reestructuración de la deuda.<br />
<br />
Por lo tanto, mi intepretación es que el cupón no se tiene que pagar. Sin embargo, sería deseable que las autoridades publicaran el crecimiento de 2013 en base 1993 completando la serie. Y sería deseable que las nuevas cuentas nacionales se presentaran en forma completa, en un seminario académico abierto, invitando al FMI y a cuanta agencia estadística internacional quiera participar. Después de todo, la evidencia sugiere que en 2013 crecimos menos de 3.2% en base 1993.<br />
<br />
Sería deseable porque, más allá de que la interpretación alternativa no tiene bases firmes, las formas hasta aquí huelen a oportunismo. Y huelen mal.<br />
<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-86817816432958512202013-05-08T00:03:00.002-03:002013-05-08T00:04:33.353-03:00Expert<!--[if gte mso 9]><xml>
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everybody understands. It may even be more difficult to be an expert in a
subject which everybody thinks they understand. In this regard, I do not envy
football coaches but being an economist has something of the same aspect".</span><br />
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Franklin Fisher </span></blockquote>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-91350884955644429382013-05-07T23:05:00.005-03:002013-05-07T23:07:48.814-03:00Apocalypse NowWillard: They told me that you had gone totally insane, and, uh, that your methods were unsound<br />
Colonel Kurtz: Are my methods unsound?<br />
Willard: I don't see any method at all, sirUnknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-87712630577077401392013-04-29T19:46:00.000-03:002013-04-29T20:03:37.840-03:00Happy birthday Mr. PresidentHoy Exabruptos cumple 10 años. Aunque ahora vegete por la pereza de mi co-autora y los medios alternativos, es un motivo personal de alegría: fue el primer blog de economía argentino y no me canso de repetirlo (no tengo muchos logros así que exagero los pocos). Es un buen momento para sentar una posición porque no me encuentro, creo, en el mismo lugar que hace 10 años. O tal vez son otros los que cambiaron. En cualquier caso, aquí va.<br />
<br />
10 años<a href="http://olivera.blogspot.com.ar/2003/04/lo-qu-hacen-los-medios-en-su-afn-de.html" target="_blank"> atrás me quejaba del petardismo financiero</a> de Ambito y cerraba la primera entrada diciendo "<i>se ve que hay gente que se desespera con la posbilidad de que Menem no sea presidente</i>". Fui <i>kirchnerista</i> (crítico) de la primera hora. Pero en 2005 vi las señales claras de <a href="http://olivera.blogspot.com.ar/2005/12/la-inflacin-viejos-o-nuevos-fantasmas.html" target="_blank">derrape</a> de la política económica. La fecha es arbitraria pero la salida de Lavagna marca, creo, el quiebre hacia el <i>Nunca Menos</i> que luego mutaría al <i>Vamos por Todo</i>.<br />
<br />
<b>En economía se puede ir por todo... por un tiempo, se puede ir por algo... todo el tiempo, pero no se puede ir por todo... todo el tiempo.</b> O, como decimos los economistas, hay <i>trade-offs</i>. El día que la soja deja de subir, que te gastate todo el superávit fiscal y las reservas excedentes, que la demanda de dinero deja de absorber, ese día hay <i>trade-offs</i> (siendo precisos, <i>trade-offs</i> hay todo el tiempo...)<br />
<br />
Enuncio una perogrullada profesional: el curso de la política económica nos condena a crecer por debajo de nuestro potencial. Enuncio una presunción política tal vez un poco menos obvia: los K lo saben y la estrategia cambió. Idos los tiempos donde se crecía a tasas chinas (inclusivos; que garantizaban la hegemonía política o la mayoría) no queda sino redistribuir (que garantiza sólo la primera minoría). Los achatamientos de las pirámides salariales en las empresas, el aumento real de la AUH y las jubilaciones (transferencias), las escalas del impuesto a las ganancias corriendo por detrás a la inflación, el aumento real de tarifas o impuestos al patrimonio en los barrios "ricos" y así sigue la lista, son formas imperfectas de la redistribución. Que se entienda: la redistribución está muy bien (aunque insisto hay serios problemas de instrumentación) pero así, solita, no sólo no promueve sino que atenta contra el crecimiento (<b>¿quién invierte en esta economía?</b>).<br />
<br />
Tengo que mencionar otra señal de ruptura con el kirchnerismo: la manipulación del IPC. Hay muchas pero a esta le tengo un "cariño" especial: mucho escribí y se debatió... y mucho acá, en Exabruptos.<br />
<br />
Y si fueran sólo mis disidencias con este modelo de represión financiera + proteccionismo + atraso cambiario, casi que no estaría enfrente. ¿Qué puedo decir de la política? No puedo entender como (digamos) perseguidos políticos se convierten en perseguidores. No puedo entender que alguien <a href="http://olivera.blogspot.com.ar/2011/08/las-palabras-y-las-cosas.html" target="_blank">deje sin laburo</a> a otra persona por pensar diferente. Explico la tentación hegemónica pero ¿no tenemos anticuerpos para las barbaridades y los excesos? Ojo que no me gusta Clarín, pero la supresión del debate (eso y no otra cosa hace, por ejemplo, la asignación de la publicidad oficial) con el argumento de dar pelea política y mediática me huele a viejo. Sobre todo me huele a injusto. No puede ser la base de nada bueno.<br />
<br />
Así que 10 años después cambié y no soy kirchnerista. Por economía pero sobre todo por política. O ellos cambiaron. Buen momento para sentar una posición; además porque somos varios los que salimos del <a href="http://bonk.com.ar/tp/daily/1958/el-closet" target="_blank">closet </a>(aunque voy a extrañar las discusiones con mis amigos K). En todo caso, y hecho el trabajo, sólo queda festejar de la mejor manera posible.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/k4SLSlSmW74" width="420"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-74081824464279693032013-02-27T08:52:00.000-03:002013-02-27T08:52:02.229-03:00Tasas Chinas con Juan Tokatlián y el pacto con IránParte I
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Parte II
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<br />
<a name='more'></a>Podés leer el artículo original de <a href="http://qje.oxfordjournals.org/content/89/1/173.full.pdf" target="_blank">Siegel</a> o <a href="http://books.google.com.ar/books?id=iqMdG4TTWNYC&lpg=PA4&ots=FDM1Q9FRSx&dq=jeremy%20siegel%20risk%20interest%20rates%20and%20the%20forward%20exchange%20rate&pg=PA15#v=onepage&q=jeremy%20siegel%20risk%20interest%20rates%20and%20the%20forward%20exchange%20rate&f=false" target="_blank">el primer capítulo de un bonito libro de divulgación de Mark Kritzman</a> para entender como la paradoja de Siegel (y la desigualdad de Jensen) casi confundieron a los economistas alguna vez (en un sentido algo más complejo y que tiene que ver con el resultado de que el forward de tipo de cambio es un predictor sesgado del tipo de cambio futuro).<br />
<br />
Pero la regla para no equivocarse al escribir es muy sencilla: <i>show me the money</i>; es decir, ¿hablás desde la perspectiva de un tenedor de bolívares o de dólares?<br />
<br />
Un tenedor de bolivares (con acceso al mercado de cambios al tipo de cambio oficial) podía comprar 23.3 dólares con 100 bolivares. Luego de la devaluación sólo puede comprar 15.9 dólares. Entonces, su posición perdió casi 32% medida en dólares (15.9/23.3-1)<br />
<br />
Un tenedor de dólares podía comprar 430 bolivares con 100 dólares antes de la devaluación mientras que puede comprar 630 después. Entonces su posición aumentó casi 47% medida en bolivares (630/430-1)<br />
<br />
Podemos decir que el bolívar se devaluó 32% frente al dólar, podemos decir que el dólar se revaluó 46% frente al bolivar. Ambas son válidas. En consonancia con la paradoja de Siegel, las recíprocas no son ciertas.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-33530483263081535672013-01-04T15:17:00.002-03:002013-01-04T15:22:33.383-03:00Marxistas rococó<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIUhrfzVNLdi8bwDYGcMhROvXD-eYcMyx-BcsLhvU_2JN2dWnyzyz0epNo1DeFs4TRDqtyAdwWqlHHcsP-FgVAOBulQf2tC5v1uQH6z5qrhdfhlcu0uilriLWlcqfCRmTs9gP6/s1600/carta+abierta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="125.6" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIUhrfzVNLdi8bwDYGcMhROvXD-eYcMyx-BcsLhvU_2JN2dWnyzyz0epNo1DeFs4TRDqtyAdwWqlHHcsP-FgVAOBulQf2tC5v1uQH6z5qrhdfhlcu0uilriLWlcqfCRmTs9gP6/s200/carta+abierta.jpg" width="160" /></a><br />
<blockquote>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La palabra "intelectual", usada como sustantivo para referirse al "trabajador intelectual" que adopta una postura política, se acuñó en 1898, cuando <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Georges_Clemenceau" target="_blank">Georges Clemenceau</a> la empleó durante el caso Dreyfus para felicitar a "intelectuales" como Marcel Proust y Anatole France, que se habían aliado con Emile Zola, el gran defensor de Dreyfus.</span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">(...) </span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"></span><br />
<a name='more'></a><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Zola y Clemenceau proporcionaron una inesperada ayuda a la colonia de hormigas obreras dedicadas al "trabajo puramente intelectual" (una expresión de Clemenceau): los escritores de ficción, dramaturgos, poetas, profesores de historia y literatura, esa industria artesanal de pobres infelices que se dedicaban a escribir, escribir y escribir. Zola era un magnífico periodista (o "documentalista" como se definía él) y estaba más informado de los pormenores del caso Dreyfus que cualquier juez, fiscal o gente judicial. Sin embargo, ese detalle inconveniente de la biografía de Zola quedó muy olvidado. <b>El nuevo héroe, el intelectual, no necesitaba cargar sobre sus hombros el peso de las fastidiosas labores de informar o investigar. En consecuencia, no precisaba una educación especial, formación académica, bases filosóficas, esquemas conceptuales ni mayores conocimientos del mundo científico o universitario que los que se encuentran en la sección de cultura de cualquier periódico dominical. Lo único que necesitaba era indignación ante los poderes fácticos y los idiotas burgueses que se sometían a ellos ¡Estupendo! Ya se había convertido en un intelectual. </b><span style="font-size: x-small;">(el destacado es mío)</span></span></blockquote>
<br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Extracto de </span><a href="http://wickeddox.blogspot.com.ar/2007/05/in-land-of-rococo-marxists.html" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;" target="_blank">"En el país de los marxistas rococó"</a><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> de Tom Wolfe</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-56137372796897294842013-01-03T13:45:00.000-03:002013-01-03T13:47:36.970-03:00"Problemita" con el Galaxy S3 de Personal<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpNI_4xXusepwZOxmKZjRZFHdiKDEwxJNkdlZvHESoa4RJDAUXspvointO8SArp1lsAH3dvyNclkfHIq9sMWQCXPgdrtpbmTxwYpbBzcT-g7oUFDIV568j1RfMCGkFkuAstoHP/s1600/samsung.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="122" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpNI_4xXusepwZOxmKZjRZFHdiKDEwxJNkdlZvHESoa4RJDAUXspvointO8SArp1lsAH3dvyNclkfHIq9sMWQCXPgdrtpbmTxwYpbBzcT-g7oUFDIV568j1RfMCGkFkuAstoHP/s200/samsung.jpg" width="200" /></a></div>
Hace tiempo que el Samsung Galaxy S3 era mi objeto de deseo (patético, ya se). Podía haber sido el iPhone pero prefiero Android a iOS. Cuando <a href="http://www.personal.com.ar/" target="_blank">Personal</a> lo ofreció en cuotas y descuento con tarjeta no me pude resistir. Sin embargo, enseguida noté un problema: en diferentes Wi-Fis, el teléfono se conectaba y desconectaba, en forma intermitente. No era la red porque otros aparatos funcionaban bien...<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
Googleando, descubro que <a href="http://androidforums.com/samsung-galaxy-s3/562514-samsung-galaxy-s-iii-gt-i9300-5-ghz-wifi-problems.html" target="_blank">es un problema conocido</a> y tiene que ver con problemas del S3 para manejarse entre redes de 2.4 y 5Ghz de frecuencia. Y en la mayoría de los sitios se sugiere una solución: cambiar manualmente fijando la banda cuando uno se encuentra con el poblema. En Android (y en la mayoría de los teléfonos Samsung) se accede vía Settings/Wi-Fi/Advanced y listo. Sin embargo, en mi Galaxy S3 de Personal la opción no existe.<br />
<br />
Me comunico con el servicio técnico de Personal. A las horas se comunica un técnico que me explica que Personal tiene su Android propietario y que esa opción está deshabilitada. Dicho sea de paso, alguna que <a href="http://forums.androidcentral.com/t-galaxy-s-iii/212719-loss-wifi-band-selection-options-since-latest-ota-update.html" target="_blank">otra compañía en EEUU también deshabilitó la opción de banda</a>. El técnico amablemente me ofrece que lleve el teléfono al servicio técnico para que lo revisen, cosa que haré. Pero el problema está documentado en muchos foros.<br />
<br />
Más divertido es que el técnico me dijo que una solución era instalarle el sistema operativo original. Pero eso exige rootear el teléfono y seguramente perder la garantía.<br />
<br />
Mi consejo es que no te compres un S3 con este software porque con bandas de Wi-Fi relativamente congestionadas la conexion a internet va a ser muy mala. Ya veremos cual es el final de la historia.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-65701160132003676052012-10-24T17:05:00.000-03:002012-10-24T17:05:18.362-03:00On the IMF’s gathering of statistics…<blockquote class="tr_bq">
<em style="background-color: white; color: #323232; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">We, like you, are great believers in the beneficent influence of knowledge on these problems. There is hardly any greater service the Fund can do than provide up-to-date barometers of the monetary problems of the world. We hope that the very greatest importance will be given to the statistical branch of the Fund and that they will be encouraged to make reports [for] the instruction and benefit [of] all of us on a scale that has never been possible heretofore.</em><span style="background-color: white; color: #323232; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">(Commission I, third meeting)</span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<a href="http://www.centerforfinancialstability.org/brettonwoods.php" target="_blank">John Maynard Keynes</a></blockquote>
(vía DK)Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-29244397598087543942012-09-23T07:55:00.001-03:002012-09-23T07:57:39.029-03:00Un pequeño silogismo...... sobre la democracia que me encontré por ahí.<br />
<br />
Premisa general: Se debe gobernar en el interés de todos.<br />
Premisa particular: Los que gobiernan, gobiernan siempre defendiendo sus propios intereses.<br />
Conclusión: Todos deben gobernar.<br />
<br />
Dicen que lo dijo <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Jeremy_Bentham">Bentham</a>, pero no hay pruebas.Ana C.http://www.blogger.com/profile/04210981626996110965noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-89179848780281084302012-08-04T11:09:00.001-03:002012-08-04T11:10:38.574-03:00Fear<blockquote>
<span style="font-family: inherit;">"In every generation concern has arisen,
sometimes to the boiling point. Fear has emerged that the United States might
one day discover that a relatively small group of individuals, especially
through banking institutions they headed, might become virtual
masters of the economic destiny of the United States."</span></blockquote>
<blockquote>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Adolf Berle (1969) citado por </span><a href="http://www.amazon.com/Financial-History-United-States-set/dp/0765607301/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1344089311&sr=1-1&keywords=0765607301" target="_blank">Markham</a></span></blockquote>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-74985911241648773142012-08-04T11:04:00.000-03:002012-08-04T11:04:02.155-03:00Money will not manage itself<blockquote class="tr_bq">
"I am by no means an alarmist. I believe that our system, though curious and peculiar, may be worked safely; but if we wish so to work it, we must study it. Money will not manage itself, and Lombard Street has a great deal of money to manage."</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Walter Bagehot en <i><a href="http://www.econlib.org/library/Bagehot/bagLom.html" target="_blank">Lombard Street</a></i></blockquote>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-77341223835089367842012-07-08T20:50:00.006-03:002023-05-08T15:30:29.159-03:00Los problemas de ScioliA la provincia de Buenos Aires no le alcanza para pagar el aguinaldo y lo va a pagar en 4 cuotas, fue una de las noticias de la última semana. Según La Nación <a href="http://www.lanacion.com.ar/1486451-cristina-quiere-mirar-con-lupa-como-gasta-la-provincia">"El Gobierno será más estricto antes de girarle más fondos al gobernador"</a>, porque parece que Scioli se gasta la plata en propaganda. En la última semana, hay una impresión de que el país está al borde del abismo por los problemas fiscales de la provincia y se discute de un lado y del otro sobre las causas y los responsables de tal situación. Como para esas discusiones no hay nada mejor que tener los números a mano, me fui a mirar mis estadísticas fiscales preferidas, las del <a href="http://www.mecon.gov.ar/peconomica/basehome/serie_gasto.html">Gasto Público Consolidado</a>, que además de estar desagregadas para los tres niveles de gobierno y por provincia, muestran en qué se gasta. No tan en detalle como para que se pueda ver el gasto en publicidad, pero lo suficiente como para saber si el gasto es más o menos razonable.<br />
<br />
<a name='more'></a>Desgraciadamente, a mi estadística preferida la tienen un poco abandonada y no la actualizan desde el mes de marzo del 2011, en el que se publicaron datos para 2009. A esta altura del año, podríamos tener listas las del 2010, así que en lugar de eso voy a a usar las estadísticas de la <a href="http://www.mecon.gov.ar/onp/html/index.html">Oficina Nacional de Presupuesto</a> y la <a href="http://www2.mecon.gov.ar/hacienda/dncfp/index.php">Dirección Nacional de Coordinación Fiscal con las Provincias</a>.<br />
<br />
Armando un poco el rompecabezas, del total del gasto público del país en 2010 – un 45,4% del PIB – la Nación gastó 54,4%, las provincias 37,9% y las municipalidades, 7,7%. En términos de PIB esto es 24,7%, 17,2% y 3,5% respectivamente. Como vemos, la mayor parte del gasto público es nacional, aunque <a href="http://www.mecon.gov.ar/onp/html/presutexto/ley2010/ley/pdf/anexo_estadistico/cuadros_comparativos/cap1cu06.pdf">una parte del gasto nacional también se gasta en las provincias</a>. El gasto provincial se financia con los impuestos que recauda cada provincia, con ingresos no tributarios tales como las regalías en las provincias mineras, con las transferencias de coparticipación y con otras transferencias del gobierno nacional. El gasto nacional se financia con impuestos, aportes sociales y otros ingresos no tributarios, de los cuales los más importantes son las rentas de la propiedad. Por último, el gasto municipal se financia con impuestos y tasas municipales, transferencias del gobierno provincial y en algunos casos transferencias del gobierno nacional.<br />
<br />
Uno podría tener como objetivo que el gasto público en las provincias sirva para equiparar en alguna medida las diferencias entre las provincias. Sobre todo el gasto social debería servir para igualar oportunidades y para que todos los argentinos accedan a niveles parecidos de servicios de educación, salud y protección social. Como las provincias argentinas son muy distintas en tamaño y capacidad productiva, una medida correcta de la importancia del gasto público en cada una de ellas es el gasto per capita, que vemos en el cuadro siguiente. Como podría ser el caso que una provincia tuviera un gasto muy pequeño que fuera compensado con gasto nacional, sumé tanto el gasto provincial como el gasto nacional en cada provincia. Las cifras muestras que el gasto per capita es muy alto en CABA, Santa Cruz y Tierra del Fuego, y muy bajo en Corrientes, Misiones, Salta y, sobre todo, Buenos Aires. Si Scioli está en problemas, no parece ser que sea porque gasta mucho. Tampoco da la impresión de que la Nación gaste mucho en la provincia. En términos per capita, el gasto nacional se hace sobre todo en CABA, Santa Cruz y Catamarca.<br />
<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvY8qNV5VrTqoAr0rX9ppbTH86o2T7g0kbnGFkEcE_9ED8l-tSy32S3_7kmXQMzeiPJfJB6nSf-SJ2P0IU-d8mNks2cLGYfwIGc6orr-yqVA00lqHSUVE64WZCmYGpOqljFGCkoA/s1600/GPpercapita.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvY8qNV5VrTqoAr0rX9ppbTH86o2T7g0kbnGFkEcE_9ED8l-tSy32S3_7kmXQMzeiPJfJB6nSf-SJ2P0IU-d8mNks2cLGYfwIGc6orr-yqVA00lqHSUVE64WZCmYGpOqljFGCkoA/w400-h244/GPpercapita.png" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Si tomamos el gasto per cápita en cada provincia como porcentaje del PIB per capita nacional, vemos que el promedio de todo el país es de 31,5%, pero las variaciones son bastante significativas, desde el 102,0% de la CABA hasta el 20,1% de la Provincia de Buenos Aires, que además de tener el gasto propio más bajo del país es una de las dos donde menos gasta el gobierno nacional. No es de extrañar, entonces, que las necesidades básicas de los bonaerenses estén tan poco satisfechas.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy71apOTXvqzIKKQxrP9bxwJVgSHpAfKa_48WB8eKFJPKW_ZyZTe2rrCIM2-zZT8hyphenhyphensTM60PeOl5BT_dAjqzLiuSlnDUk1xjD52j8rTfeiWtKcG1zRScqW1aB-lSg00XsIJxmIgQ/s1600/GP%25PIBpc.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy71apOTXvqzIKKQxrP9bxwJVgSHpAfKa_48WB8eKFJPKW_ZyZTe2rrCIM2-zZT8hyphenhyphensTM60PeOl5BT_dAjqzLiuSlnDUk1xjD52j8rTfeiWtKcG1zRScqW1aB-lSg00XsIJxmIgQ/w400-h244/GP%25PIBpc.png" width="400" /></a></div>
<br />
En lo siguiente miramos un poco más de cerca el gasto provincial. En el cuadro de abajo tenemos el gasto provincial per capita ordenado de mayor a menor y desagregado por función. De vuelta, en Buenos Aires es donde menos se gasta, seguida por Salta y Corrientes. El gasto por habitante bonaerense es 3/4 del promedio nacional, 1/5 del de los santacruceños y fueguinos y un tercio del de Neuquén o Chubut. Además de Buenos Aires, hay otras 7 provincias donde el gasto por persona es como mucho una cuarta parte del santacruceño.<br />
<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSW-lhywOLEh2YsoNSi-WArefAesyKlReyE2BOk7SlzczsiLBQ-olnE7bT5lqQDjQaV-AGrEumyOZDxD-j4bY0kCj_wiIAmP1VOKh9fELhHrCUWRVafkoKAGHTJpQADy9TqYz6uQ/s1600/GPfinalidad.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSW-lhywOLEh2YsoNSi-WArefAesyKlReyE2BOk7SlzczsiLBQ-olnE7bT5lqQDjQaV-AGrEumyOZDxD-j4bY0kCj_wiIAmP1VOKh9fELhHrCUWRVafkoKAGHTJpQADy9TqYz6uQ/w400-h246/GPfinalidad.png" width="400" /></a></div>
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</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Como se ve, las provincias que más gastan gastan un poco más en todas las funciones, pero para verlo bien es mejor la figura que sigue, en el que tenemos la misma desagregación que antes pero por porcentajes. Esos porcentajes se ven ordenados por finalidad y de mayor a menor en la tabla que termina este post.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-6VmwuhujUXMlmxO0htNYDAmhZSzjJLujVpQekE-helYBwlCTIsfhbqdbQuT6ggQJgkx_gqzuWWUbF8sMW8W0u4OCgPkfFSG7NGhSk-Sr4QOJqOgr3l3VesvslOwj0QNQ_mPe0g/s1600/GPfinalidad%2525.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-6VmwuhujUXMlmxO0htNYDAmhZSzjJLujVpQekE-helYBwlCTIsfhbqdbQuT6ggQJgkx_gqzuWWUbF8sMW8W0u4OCgPkfFSG7NGhSk-Sr4QOJqOgr3l3VesvslOwj0QNQ_mPe0g/w400-h245/GPfinalidad%2525.png" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Si uno tuviera intenciones de mejorar la calidad del gasto público,
parece evidente que hay mejorar la eficiencia del gasto en todas las
funciones, pero además de eso hay que elegir mejor en cuáles de ellas se gasta la
plata. Como vemos en el gráfico y la tabla siguiente, en algunas
provincias se gasta demasiado en administración, en subsidios a los
sectores económicos y, las que están endeudadas, en pagar intereses de
la deuda. Eso hace que quede menos para el gasto "bueno", que es gasto
en educación, salud y otro gasto social. Salvo el gasto en intereses de
la deuda que es el más alto del país, no parece ser este el caso de
Buenos Aires sin embargo, que destina la mayor parte de su gasto público
a Educación y Gasto Social. El gasto en defensa y seguridad es el
cuarto más alto del país, pero esto hay que sopesarlo teniendo en cuenta
que el gasto per capita total es muy bajo y el gasto en administración
está por debajo del promedio. Por el contrario, el gasto en salud es uno
de los más bajos del país.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizIBQQIiZ2CfjZ3PkUW-1V71pzc_DOe9xTTHqlMjAbCgy5ezTcqqIdD8hT7WtMwaH3ErD3FUhHElBw3k3cRmZnhjENd8bEG2anFl6OiBUXjxuQgIEHD4zllJGAOAm_J_H93B8NYw/s1600/Tabla+gasto.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizIBQQIiZ2CfjZ3PkUW-1V71pzc_DOe9xTTHqlMjAbCgy5ezTcqqIdD8hT7WtMwaH3ErD3FUhHElBw3k3cRmZnhjENd8bEG2anFl6OiBUXjxuQgIEHD4zllJGAOAm_J_H93B8NYw/w400-h193/Tabla+gasto.png" width="400" /></a></div>
<br />
Así, el de Buenos Aires no parece un problema de exceso de gasto público sino, por el contrario, el de una provincia que tiene un problema de ingresos públicos. La provincia tiene casi el 39% de la población del país – dos tercios de ella viviendo en los partidos del Gran Buenos Aires y el otro tercio en el resto de la provincia – y su economía equivale más o menos al 33% del total de la economía argentina, pero su gasto público provincial es el 29% del gasto público provincial total y eso no es compensado por la Nación que gasta en la provincia apenas el 19% de lo que gasta en todas las provincias. Por el lado de los ingresos, Buenos Aires recaudó en 2010 el 38,4% de los ingresos tributarios provinciales, tal como hizo en promedio en los últimos 28 años, pero recibió como recursos coparticipables sólo el 19,7% del total de la coparticipación y el 26,8% del total de las otras transferencias que van de la Nación a las provincias.<br />
<br />
Ninguna provincia argentina recauda lo suficiente para sostenerse a sí misma y todas dependen de los recursos nacionales. La provincia de Buenos Aires es la menos beneficiada de todas en el reparto de esos recursos y aunque podría mejorar en mucho su esfuerzo tributario, endilgarle la responsabilidad en este entuerto al gobierno provincial es ocultar y negar que a Argentina todavía le falta, entre todas las reformas estructurales que necesita, una forma mejor de organizar la parte fiscal de su federalismo que permita que el desarrollo llegue de manera pareja a todas las regiones del país.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>Ana C.http://www.blogger.com/profile/04210981626996110965noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-40527004929091867782012-06-22T06:39:00.000-03:002012-07-13T07:31:30.022-03:00El verdadero cálculo del Impuesto a las GananciasUn temita que media Argentina parece no haber entendido cuando habla del sueldo a partir del cual se empieza a pagar el Impuesto a las Ganancias es que el impuesto se calcula sobre un concepto que se llama Ganancia Neta. Ni siquiera un Instituto Tributario de la Federación de Graduados en Ciencias Económicas que pone como fuente <a href="http://www.lanacion.com.ar/1484157-presion-opositora-por-ganancias">este artículo de La Nación</a> demuestra haber leído las normas, lo que hace que la tabla que lo ilustra sea algo engañosa.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
La Ganancia Neta, según <a href="http://www.mecon.gov.ar/sip/dniaf/tributos_vigentes.pdf">la legislación vigente</a> <i>“Se determina en función de la ganancia bruta real, excluidos los dividendos y utilidades recibidos a raíz de distribuciones efectuadas por sociedades contribuyentes del tributo residentes en el país, de la que se detraen los gastos necesarios para obtener, mantener y conservar la fuente en condiciones de productividad. Además, se permite deducir algunos conceptos, tales como: <b>aportes obligatorios a los sistemas de jubilaciones y a obras sociales</b> y, con determinados límites: primas de seguro de vida, gastos de sepelio, cuotas o abonos a instituciones de cobertura médica, los gastos de asistencia sanitaria, médica y paramédica y los intereses de créditos hipotecarios por compra o construcción de inmuebles nuevos o usados destinados a casa habitación hasta $ 20.000 anuales”</i>.<br />
<br />
Como vemos, se pueden deducir muchas cosas, entre ellos la prepaga y los intereses por créditos hipotecarios, pero aquí nos vamos a concentrar solamente en <b>los aportes obligatorios a los sistemas de jubilaciones y a obras sociales</b> que, como vemos más abajo en el mismo documento, suman 17% del salario. La idea detrás de esta deducción es que como los aportes son obligatorios, funcionan como una suerte de impuesto. Obviamente, no tendría mucho sentido volver a pagar un impuesto sobre otro impuesto.<br />
<br />
Entonces, para comenzar, la ganancia neta es el 83% del salario bruto, o, lo que es lo mismo, el salario bruto menos el 17%. En un segundo paso, a ese 83% del salario bruto le restamos las deducciones legales. Para calcular el salario bruto mensual a partir del cual se paga el impuesto a las ganancias sumamos todas las deducciones, las dividimos por 13 y las volvemos a dividir por 0,83, que es el porcentaje del salario bruto menos los aportes obligatorios.<br />
<br />
La tabla de abajo ilustra el caso para diferentes modelos de familia. La primera fila es el caso de un asalariado soltero, la segunda de un casado sin hijos y las restantes del mismo casado a medida que empieza a sumar hijos.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPd1tRNKz4h3zok9ReB1lMAjROC52f8H0yaOnw7eZJSBTkFBSONmbhct7fwampZRj-KRNIXjX2QsZceqpgqYqUF8CJo2ighM0aDaGqh030w4b-Ywvp53bqiH0I2Xw866jLJEj-ig/s1600/Deducciones.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="365" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPd1tRNKz4h3zok9ReB1lMAjROC52f8H0yaOnw7eZJSBTkFBSONmbhct7fwampZRj-KRNIXjX2QsZceqpgqYqUF8CJo2ighM0aDaGqh030w4b-Ywvp53bqiH0I2Xw866jLJEj-ig/s640/Deducciones.png" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
Por último, me gustaría hacer notar que hay algunos problemas con los subsidios a la infancia. Entre las deducciones por hijo, las asignaciones familiares y la AUH, todavía no se consigue establecer un sistema coherente que otorgue los mismos derechos a todos los nenes argentinos.</div>Ana C.http://www.blogger.com/profile/04210981626996110965noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-80281701612374091262012-06-08T18:38:00.000-03:002012-07-08T08:31:37.191-03:00El salario sí es gananciaUna se aburre de tener que andar diciendo siempre lo mismo, pero, de vuelta, hoy en La Nación hay <a href="http://www.lanacion.com.ar/1477353-las-trampas-y-mentiras-del-impuesto-a-las-ganancias">un artículo sobre el impuesto a las ganancias</a> que empieza diciendo que es un impuesto injusto. La injusticia es un concepto bastante discutible, pero podemos decir que impuesto injusto es a) el que grava a dos personas que ganan lo mismo de distinta manera o b) el que grava más al que gana menos. El impuesto a las ganancias de las personas físicas, con su estructura de alícuotas progresiva, seguro que no es injusto en el sentido de la segunda condición: grava más al que gana más y menos al que gana menos. Pero no sólo eso, el impuesto a las ganancias es el mejor impuesto de todos si uno le quiere dar algo de progresividad al sistema tributario.<br />
<br />
El artículo sigue diciendo que <i>“Una persona con un salario bruto de $10.000 mensual, puede abonar en concepto de impuesto a las ganancias $5.000 anuales. Un inversor que obtiene una renta mensual por $10.000 en la mayoría de los casos no paga ningún tipo de impuesto. Entre los impuestos directos e indirectos, los que menos ganan pagan proporcionalmente más impuestos que los que más tienen”</i>, mezclando peras con manzanas y, de paso, haciendo compota.<br />
<a name='more'></a><br />
El problema en este caso, lo que crea la injusticia porque viola la primera condición, no es que se paguen impuestos sobre el salario – como veremos más abajo, 5.000 pesos en un ingreso anual de 130.000 pesos se puede considerar como extremadamente moderado –, sino que no se paguen impuestos sobre los ingresos provenientes del capital, es decir las rentas. El señor que escribe el artículo, en lugar de pedir que se suba el mínimo no imponible a 15.000 pesos mensuales (¡!) debería estar clamando para que se saque la exención a las ganancias de capital que es lo que crea la injusticia a la que hace alusión.<br />
<br />
Sobre la relación entre impuestos directos e indirectos no vamos a hablar mucho en este post porque se nos complicaría demasiado, pero es cierto que la estructura tributaria argentina esta demasiado volcada hacia los impuestos indirectos, sobre todo porque la contribución del impuesto a las ganancias de las personas físicas a la recaudación total es ridículamente baja y en menor medida porque el impuesto a los ingresos brutos es el peor engendro tributario que jamás haya existido y jamás existirá.<br />
<br />
Para ilustrar estos puntos, primero voy a mostrar la estructura tributaria en Argentina y en los países de la OECD, después veremos cuál es la suma de impuestos sobre el salario más contribuciones sociales y por último cómo se reparten esas cargas para distintos niveles de ingreso, siempre comparando Argentina con los países de la OECD.<br />
<br />
Salvando las diferencias metodológicas, en el año 2011 la presión tributaria argentina estuvo un poco por encima del promedio de la presión tributaria en la OECD en el año 2009, último año para el que se calculó el promedio. Comparando 2009 con 2009 todavía estaba un poco por debajo. Cuando miramos los distintos componentes según los grandes grupos de impuestos, vemos que Argentina recauda mucho más que el promedio en impuestos sobre bienes y servicios, mucho menos en impuestos sobre los ingresos, algo más en impuestos a la propiedad y algo menos en contribuciones a la seguridad social. De hecho, la recaudación de impuestos sobre bienes y servicios es la más alta de todas, lo que se explica no tanto por el IVA, donde Argentina tiene una recaudación digna de un país desarrollado de los buenos, sino más por los impuestos al comercio exterior y el impuesto a los ingresos brutos que suman casi 8% del PIB.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-Kp1yxLheUj3ItrT3NOFGczUydtDKhuzgR51Wh__BGG1l_eIV5iz0BSXrwQUJy4-SmsX5987mAOCArgZ190ZQcRAMSYjk_jcVI39BrJlknjUUUbL9tMpazdpS0X9vg1CsWz-yXw/s1600/Estructura+tributaria.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="390" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-Kp1yxLheUj3ItrT3NOFGczUydtDKhuzgR51Wh__BGG1l_eIV5iz0BSXrwQUJy4-SmsX5987mAOCArgZ190ZQcRAMSYjk_jcVI39BrJlknjUUUbL9tMpazdpS0X9vg1CsWz-yXw/s640/Estructura+tributaria.png" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
El impuesto a las ganancias de las personas físicas en Argentina grava sobre todo el ingreso proveniente del salario. En otros países se gravan también los ingresos de los plazos fijos, los ingresos por dividendos y los de las ganancias por comprar y vender acciones. De todas formas, en la mayoría de los países, la fuente mayor de ingresos tributarios basados en los ingresos personales son los salarios. En 2011, en Argentina, el Estado ingresó en concepto de este impuesto 1,92% del PIB, esto es 0,6 puntos porcentuales más que en 2003, cuando se recaudaba 1,33% del PIB. Si al mismo tiempo pensamos que la presión tributaria total durante esos mismos años aumentó de 23,4% del PIB a 34,6% del PIB, vemos que los asalariados no han contribuido tanto como creen Moyano y su hijo Facundito a las arcas públicas. Mientras tanto, en el resto de la OECD, el impuesto ingresaba lo que se ve en el gráfico de abajo, es decir una proporción del PIB que varía entre el 2,34% en Eslovaquia y el 24,41% en Dinamarca.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4nJONsaLMaIyzF05v-iqy5ovrb2npAlLLxU9kaooqSRL9qSXSajV8DiMG22qsh1FwJ9u7rv7JIsbju9AzLssUs1l-OMHuW12V9ZZ72hVJduXUDzdrYiRRoTktpyfIB0xycJdZGQ/s1600/Ganancias+y+Aportes.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="388" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4nJONsaLMaIyzF05v-iqy5ovrb2npAlLLxU9kaooqSRL9qSXSajV8DiMG22qsh1FwJ9u7rv7JIsbju9AzLssUs1l-OMHuW12V9ZZ72hVJduXUDzdrYiRRoTktpyfIB0xycJdZGQ/s640/Ganancias+y+Aportes.png" width="640" /></a></div>
<br />
Pero esto es sólo una parte del cuento. No diríamos del todo la verdad si a esos impuestos sobre el salario no le agregáramos las contribuciones sociales. Aunque éstas son pagadas en parte por los empleados y en parte por el empleador, se suelen considerar como parte de los impuestos al trabajo y, en mercados laborales donde la demanda de trabajo decide el nivel de empleo, el que las paga efectivamente es el empleado, que ve reducido su salario de bolsillo. En Argentina las contribuciones sociales aportan a las finanzas públicas el 7,45% del PIB, lo que compensa en parte por los bajos ingresos del impuesto a los salarios. De todas formas una vez que sumamos los dos, sólo hay un país en la OECD que recauda menos: México.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjslPl-Ud0NeYDiTQdVH20GgTVcLf642zi_5iCJGebP7uksXjNALDGlZgWEe891jg6yM8eLIJgd3auFN2brkM8XWuUb5WvmyukMcaRcXe2LkdMhPbcEB02wiEaqR0S_0lrg9oR6eQ/s1600/Ingresos+ma%CC%81s+contribuciones+sociales.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjslPl-Ud0NeYDiTQdVH20GgTVcLf642zi_5iCJGebP7uksXjNALDGlZgWEe891jg6yM8eLIJgd3auFN2brkM8XWuUb5WvmyukMcaRcXe2LkdMhPbcEB02wiEaqR0S_0lrg9oR6eQ/s640/Ingresos+ma%CC%81s+contribuciones+sociales.png" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
Y acá viene lo más interesante de todo. ¿Paga mucho o poco de impuesto a los salarios el trabajador argentino? En el <a href="http://www.oecd.org/document/34/0,3746,en_2649_34533_44993442_1_1_1_1,00.html">Taxing Wages</a>, la mejor publicación que existe sobre los impuestos a los salarios, la OECD calcula entre otras cosas la carga tributaria de un individuo para tres niveles distintos de ingresos alrededor del salario medio y dos o tres tipos distintos de familias. Para hacer más fácil la comparación vamos a elegir una persona soltera y hacer variar su nivel de ingreso para intentar obtener algún resultado comparable. Según datos del Ministerio de Trabajo, el salario bruto medio de un trabajador en blanco en diciembre 2011 era de alrededor de 5000 pesos mensuales. Para ubicar ese salario en la distribución del ingreso, debemos notar que según el Indec, el ingreso promedio de una persona ocupada fue, en el 4° trimestre de 2011, de 3198 pesos mensuales. Ese ingreso lo sitúa en el decil 7, lo que quiere decir que hay algo más de un 60% de ocupados con ingresos menores. A partir de un ingreso de 6000 pesos mensuales uno ingresa en el privilegiado grupo del 10% con ingresos más altos de la población ocupada, un grupo donde el ingreso medio es de 8900 pesos, pero del que sería bastante interesante saber más.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBC_ao2lU3ayrOZ1pjGLEhAJ1tK3IGup_QJhrquv-u9Fpga-6w_kGJ3Pliy8x-ibxJg2jG82Y6WsHho4kgWApZ33rviKKvqWZA12jjK34WAU992nw1J53i1AWi094P4AVOmRWq-Q/s1600/Salario+medio.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBC_ao2lU3ayrOZ1pjGLEhAJ1tK3IGup_QJhrquv-u9Fpga-6w_kGJ3Pliy8x-ibxJg2jG82Y6WsHho4kgWApZ33rviKKvqWZA12jjK34WAU992nw1J53i1AWi094P4AVOmRWq-Q/s1600/Salario+medio.png" /></a></div>
<br />
En la tabla de arriba vemos lo que paga un asalariado soltero y sin hijos que gana el salario medio, dos tercios del salario medio y dos tercios por encima del salario medio como impuesto a las Ganancias en todos los países de la OECD más Argentina. Como vemos, solamente hay un país donde se paga menos: Chile. En el resto, el asalariado medio paga desde el 4.3% de Corea del Sur hasta el 28,2% de Bélgica. Un asalariado que cobra 2/3 más que el salario medio paga desde 7,6% de sus ingresos en Polonia hasta el 35,1% en Dinamarca. En Argentina este señor paga 1,5% de impuestos y chilla. O lo hacen chillar por medio de artículos tendenciosos y mal informados en La Nación y Clarín. <br />
<br />
<i>Las fuentes son OECD, Mecon, Indec y Ministerio de Trabajo. Todos los datos fiscales son de 2010, excepto Argentina (2011), Australia, Brasil, Holanda, Japon, Polonia y OECD (2009). Para Chile, Brasil, Grecia y México el dato de impuestos a las personas físicas incluye también los de las corporaciones porque no está el dato desagregado. En contribuciones sociales están incluidos también otros impuestos sobre las nóminas salariales.
</i>Ana C.http://www.blogger.com/profile/04210981626996110965noreply@blogger.com44tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-55172546491050866192012-05-27T06:38:00.003-03:002012-05-27T17:43:39.762-03:00Disonancia cognitiva<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC7ZQ7EUuNQAozy49qmCZ4UzCmtRZDJnnd4B_dC9smOcwYmHD5-NeSyNCIDBDSxaiM5UFAAEti1DQknNlwktHYsPIoI3oly2OQgAmhssYN43q2VNbUjIYPUQ6o_6Y6Tz6DHvFd/s1600/worthless-dollar.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC7ZQ7EUuNQAozy49qmCZ4UzCmtRZDJnnd4B_dC9smOcwYmHD5-NeSyNCIDBDSxaiM5UFAAEti1DQknNlwktHYsPIoI3oly2OQgAmhssYN43q2VNbUjIYPUQ6o_6Y6Tz6DHvFd/s200/worthless-dollar.jpg" width="200" /></a></div>
Uno de los nuevos relatos oficiales es el carácter "cultural" o "patológico" de la dolarización. Quienes compran dólares parecen sufrir de cierta disonancia cognitiva: lo pagan 4.80 o 6 pesos para luego sufrir una pérdida de capital cuando el dólar "baja". Además, la dolarización es alguna variante de desnacionalización, una forma de cipayismo o, peor, una conspiración de especuladores que llevan adelante un "golpe de mercado", potenciado ahora por los medios hegemónicos. Empezando por atrás, sería ingenuo negar que hay quienes festejan y promueven las noticias que deterioran el capital político del oficialismo pero, una vez más, no hay que confundir al mensajero -aún el no-inocente- con el mensaje.<br />
<br />
<a name='more'></a>El origen del comportamiento dolarizador es una pregunta esencial, probablemente asociada a otra pregunta clave ¿en qué momento se jodió la Argentina? Para empezar, no es un fenómeno argentino: Perú, Uruguay o Venezuela son, también, países de alta dolarización. Nació cuando cuando fracasó el sistema financiero (en sentido amplio, incluyendo al mercado de capitales) para indexarse, para ofrecer una reserva de valor denominada en pesos, activos con rendimientos reales positivos (ajustados por riesgo) por ejemplo por los techos a la tasa de interés especialmente en períodos de alta inflación o aceleración inflacionaria.<br />
<br />
Los países que no se dolarizaron, o con niveles mucho más bajos, pagaron el precio de tener tasas de interés más altas que la inflación. Por ejemplo, Brasil. Y nuestra pseudo-heterodoxia local ve en esto un problema, una causa del crecimiento "bajo". Sin embargo, en el largo plazo, la performance de los países que evitaron la dolarización está por encima de la nuestra.<br />
<br />
Los que sufren disonancia cognitiva no son quienes apuestan al dólar sino, en cambio, los que creen que pueden tener demanda de pesos sin pagar un precio por eso. ¡Pero si la manipulación del IPC que mató a la indexación al CER es una de las razones de la dolarización al eliminar un patrón de contratación y reserva de valor! Y esa disonancia cognitiva (no todos la comparten, algunos la fingen claro) los va a llevar a buscar forzar la <a href="http://www.cronista.com/finanzasmercados/Sbatella-quiere-desdolarizar-por-la-buena-o-por-la-mala-20120430-0133.html" target="_blank">"desdolarización del pensamiento"</a>.<br />
<br />
Paranoias aparte, la dolarización es un comportamiento defensivo, con un elemento de profecía autocumplida, y que en promedio produjo rentabilidades positivas (salvo para <a href="http://www.periodicotribuna.com.ar/11404-el-discurso-del-25-de-mayo-en-numeros.html" target="_blank">el amigo de Máximo que compró en 2002 a un imaginario dólar a 4.80</a>). Es por eso que es tan difícil de "erradicar" y la represión sólo nos va a llevar a tener un dólar real y nominal (o varios) más alto del que necesitamos.Unknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-89007139492028101662012-05-05T19:52:00.001-03:002012-05-05T19:52:22.228-03:00ModeraciónAsí "moderaba" el Presidente de la Honorable Cámara de Diputados durante el discurso de la <a href="http://www.lauraalonso.org/" target="_blank">Diputada Laura Alonso</a>:<br />
<br />
<br />
<div style="background-color: #f72701; color: #414141; font-family: Times; font-size: 12px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: georgia; font-size: 16px;"><b>Sr. Presidente </b>(Domínguez).- La Presidencia solicita silencio y que se contengan las pasiones. Las pasiones deben llegar cuando se vote por YPF.</span></div>
<div style="background-color: #f72701; color: #414141; font-family: Times; font-size: 12px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: georgia; font-size: 16px;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Lo importante para el público es que el pueblo argentino reciba la noticia de lo que se vote aquí. Solicitamos al público presente su buen comportamiento. Los argentinos estamos en una hora histórica y nada la debe empañar.</span></div>
<br class="Apple-interchange-newline" /><br />
<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-41615857058643248482012-04-21T12:24:00.000-03:002012-04-21T12:25:34.721-03:00When the shit hits the fan<object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=c42c3c9" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>
<br />In a sluggish economy<br />
inflation, recession<br />
hits the land of the free<br />
<br />
standing in unemployment lines<br />
blame the government for hard time<br />
<br />
we just get by
however we can
we all gotta duck<br />
when the shit hits the fan<br />
<br />
10 kids in a cadillac<br />
stand in lines for welfare checks<br />
let's all leach off the state
gee!<br />
the money's really great!<br />
<br />
soup lines
free<br />
loaves of bread<br />
5lb blocks of cheese<br />
bags of groceries<br />
social security
has run out on you and me<br />
we do whatever we can
gotta duck when the shit hits the fanUnknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-15259036065896511232012-03-23T18:08:00.002-03:002012-03-23T18:08:48.474-03:00Discurso y realidadUn largo y sesudo artículo de un tal Karl Segovia, a propósito de la reforma de la carta orgánica del BCRA.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Aunque no batió el
record –Chávez se explayó la última vez por espacio de nueve horas, siguiendo
una larga tradición caribeña inaugurada por Fidel- CFK se tomó algo más de tres
en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso el pasado 1
de marzo. Cualquiera podría pensar que un mandatario que habla durante
semejante lapso tiene, en verdad, mucho para decir. Y tal vez así sea. No es mi
intención aquí ponerlo en duda. Tampoco establecer una estéril comparación con
Cicerón ni poner en tela de juicio las aparentes dotes oratorias de la
presidenta; ni escrutar la íntima opinión que una filípica semejante revela, en
realidad, sobre la inteligencia de su auditorio. Ni siquiera pretendo dedicarme
a discutir la exactitud de las cifras y “estadísticas” que, sobre diferentes
aspectos de la realidad económica y social, volcó en la primera mitad de su
alocución (le dejo, en todo caso, ese imprescindible y apasionante trabajo a
otros colegas, interesados en la peculiar cartografía que, en este país,
delimita la frontera entre ficción y realidad). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Más bien, lo que me
interesa es referirme a lo que –seguramente no por falta de tiempo- se mencionó
apenas de soslayo el jueves pasado y a lo que deliberadamente se omitió. Ya se
sabe: no hay que ser un fanático freudiano para intuir que muchas veces lo “no
dicho” revela más que una avalancha de palabras o que un <i>lapsus linguae</i> es <st1:personname w:st="on">info</st1:personname>rmativo
de las motivaciones ocultas que salen a luz cuando involuntariamente, por
fatiga o déficit de atención (¡¡¡no es para menos después de tanto
esfuerzo!!!), se relajan las represiones conscientes del expositor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">En efecto, si
alguno, CFK sólo efectuó un anuncio relevante en su discurso ante el
Parlamento. Tal como ella anticipó, el Poder Ejecutivo remitió al Legislativo,
horas después, un proyecto de reforma de <st1:personname productid="la Carta Org£nica" w:st="on"><st1:personname productid="la Carta" w:st="on">la Carta</st1:personname> Orgánica</st1:personname> del BCRA. La
presidenta apenas se detuvo en los detalles del proyecto y, mucho menos, en sus
motivaciones profundas, aunque alcanzó a decir que “(hay que promover) <i>un BCRA que no esté reducido únicamente a
preservar la estabilidad monetaria, sino que esté también preservando la <u>estabilidad
fiscal</u>, que esté preservando el valor de la producción, la economía real </i>…<i><u>no tampoco para hacer cualquier
zafarrancho</u>. Por eso se mantiene la independencia de cualquier instrucción
que pueda darle el Gobierno Central<u> </u>(</i>subrayados nuestros<i>).</i> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Estabilidad monetaria e inestabilidad fiscal<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Llama la atención
que CFK se haya referido a la “estabilidad fiscal” como objetivo de la acción
de la autoridad monetaria (algo, en principio, bastante “heterodoxo” entre las típicas atribuciones
de un Banco Central). En un primer momento, quienes escuchamos tal mención en
el discurso llegamos a pensar que, tal vez, lo que se había querido decir
refería, de manera poco convencional, a una reafirmación del principio de
“dominancia monetaria”. Como se sabe, dicho principio organiza un modo factible
en que, bajo un régimen de coordinación dado entre ambas ramas de la política
macroeconómica, pueden interactuar la autoridad monetaria y el fisco. En un
esquema de ese tipo, en oposición a uno de “dominancia fiscal”, es el BCRA
quien “juega primero” y define, en función de sus objetivos nominales, el monto
de señoreaje que, en todo caso, estará disponible para el financiamiento
intertemporal del fisco. (Bien concebida, a eso debería referirse finalmente la
necesidad de independencia de la banca central y no como maliciosamente busca
sugerir la opinión K “bienpensante”, a una “completa ausencia de coordinación
entre ambas políticas”).Como la política monetaria tiene aquí un rol “activo”
definiendo el financiamiento disponible para el pago de la deuda pública, el
fisco debe ajustarse “pasivamente” a dicha restricción de recursos. Para ello
debe efectuar los ajustes necesarios en su balance de impuestos/gastos (vgr.
“arriba de la línea”) con vistas a cumplir con su restricción intertemporal de
presupuesto (aunque en el corto plazo pueda, por cierto, acudir
transitoriamente a la refinanciación de sus pasivos en el mercado de deuda).
Por el contrario, la inversión de este principio en un esquema de “dominancia
fiscal” -es aquí <st1:personname productid="la Tesorer■a" w:st="on">la
Tesorería</st1:personname> quien define en forma “autónoma” su resultado y el
Banco Central el que se ve obligada a convalidar “pasivamente” dichas
decisiones, proveyendo al financiamiento monetario de las obligaciones
financieras del gobierno- es lo que ha llevado en el pasado a los
“zafarranchos” a los que se refería CFK. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Por ello, a quienes
nos sorprendió gratamente la curiosa referencia, quisimos inicialmente suponer
que la mención a la “estabilidad fiscal” era una saludable ratificación del
principio de “dominancia monetaria”, en el sentido de que ésta era la que
ayudaba indirectamente a la “estabilidad financiera” del fisco, generando los
incentivos adecuados para que el gobierno equilibrara sus cuentas. Pero no es difícil entrever que dicha
interpretación es errónea en tanto choca con lo que ya ha venido ocurriendo, <i>de facto</i>, en los dos últimos años cuando
el BCRA a través de diferentes mecanismos se transformó en el proveedor de más
de las tres cuartas partes de las necesidades de financiamiento del gobierno
argentino. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">¿A qué podría
referirse, entonces, la presidenta cuando hizo mención a la necesidad de que el
Banco Central se hiciera cargo de la “estabilidad fiscal”? Caben, al respecto,
dos conjeturas, una benévola (y bien intencionada) y una mal intencionada (y, a
nuestro juicio desgraciadamente, más realista): 1) que se trate de un
comprensible error en la exposición de un prolongado discurso no leído y que,
en realidad, haya querido decir “estabilidad financiera”, tal como podría
deducirse de una lectura más atenta de los considerandos del proyecto de
ley (de paso, ¿por que entonces no lee,
de tanto en tanto, su discurso si ahora le toca administrar y hace ya tiempo
que abandonó la silla parlamentaria, más proclive a la diatriba y a las
afirmaciones inflamadas sin mayores consecuencias prácticas?); <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">2) que se trate
efectivamente de un verdadero <i>lapsus </i>que
revele una de las principales
intenciones no declaradas de la reforma en cuestión. Vale decir, la de
profundizar el financiamiento monetario de un desequilibrio de las cuentas
públicas cada vez más pronunciado. Bien medido, desde <st1:metricconverter productid="2005 a" w:st="on">2005 a</st1:metricconverter> la fecha y a pesar de
un contexto cíclico ampliamente favorable, se ha producido un deterioro de más
de ocho puntos del PIB en el resultado primario. El auxilio del BCRA evitaría así
la <b><u>in</u></b><u>estabilidad</u>
inmediata de un fisco desprovisto desde hace un quinquenio de todo acceso al
crédito voluntario. Ello pese a contar, luego de la reestructuración de la
deuda, con necesidades de financiamiento históricamente insignificantes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Puede argüirse,
como hicieron algunos colegas en ocasión de la crisis institucional que dio
lugar a inicios de <st1:metricconverter productid="2010 a" w:st="on">2010 a</st1:metricconverter>
la constitución del denominado Fondo de Desendeudamiento (un eufemismo para
referirse, en realidad, al uso de reservas internacionales para financiar el
gasto público, dado que el dinero es fungible) que ningún gobierno “va a al <i>default</i> por preservar la independencia
de su Banco Central”. Con igual lógica, se podría decir hoy que el pago de la
deuda con reservas es una alternativa financieramente mucho más barata que las
tasas “usurarias” que los mercados podrían cobrarle al país en la eventualidad
de que éste intentara en la actualidad refinanciar sus vencimientos en los
mercados de crédito voluntario. Eso es, sin duda, cierto, especialmente si el
mercado de crédito se encuentra racionado por razones fuera del control de las
autoridades. En tal caso, el acceso a dichos recursos (si éstos estuviesen
efectivamente disponibles) podría facilitar la transición hasta que las
condiciones financieras se normalizaran y el fisco encarara las acciones
correctivas “arriba de la línea” para equilibrar su presupuesto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Pero no es ésa, en
verdad, la razón por la que ahora se opta alegremente por Guatepeor. Lo que
dicho razonamiento omite es que las tasas que el mercado fija para la deuda del
país comenzaron a elevarse en forma sistemática a partir de 2007 cuando el
riesgo argentino se situaba por debajo del de Brasil -y las autoridades
decidieron empezar a hacer <i>cheating</i>
con el CER, algo que naturalmente fue interpretado como un <i>default</i> encubierto por extraños (y propios). Por otra parte, se
omite decir que la redefinición del concepto de reservas “de libre
disponibilidad” sólo sirvió, en la práctica, para relajar la restricción
presupuestaria del gobierno en unos 16.000 millones de U$D que ya se esfumaron
(<st1:personname productid="la Tesorer■a" w:st="on">la Tesorería</st1:personname>
no accedió a las reservas excedentes entregando pesos del superávit sino a
cambio de vulgares “pagadioses”). Pero sobre todo se intenta ocultar que, ahora,
se va por mucho más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">El proyecto de ley<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">En efecto, en su
título II, el proyecto de ley en cuestión vuelve a redefinir la mencionada
categoría de reservas de “libre disponibilidad” o “excedentes”, esta vez para
desvincular por completo dicho concepto de relación alguna con los agregados
monetarios internos. Vagamente, en el reformado artículo 14 de la nueva Carta
Orgánica propuesta se establece en el inciso q) que el Directorio del BCRA
determinará el nivel de reservas “necesarias para la ejecución de la política
cambiaria, tomando en consideración la evolución de las cuentas externas” y, en
la reforma propuesta del artículo 6 de la ley de Convertibilidad, las reservas
que excedan ese inespecificado nivel se considerarán a partir de ahora de
“libre disponibilidad” y no más “prenda común de la base monetaria”. Se dirá,
con razón, que es ésa una rémora del esquema de caja de conversión y que, en ausencia
de un tipo de cambio fijo establecido por ley, la noción de que las reservas
internacionales deban guardar una relación estricta con los agregados
monetarios internos carece de sustento. De hecho, bajo un régimen de tipo de
cambio de flotación (aunque ésta sea sucia), aún un solo dólar de reserva puede
“alcanzar” para “respaldar” toda la base monetaria (cabe convenir, eso sí, que
a un tipo de cambio “administrado” bastante elevado).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">De ser el único,
ése no sería, entonces, un defecto insalvable del cambio propuesto en la
normativa que regula la actividad de la autoridad monetaria. Pero la caja de
Pandora se abre definitivamente, si se combina dicha novedad con: 1) la
decisión de eliminar aquellos párrafos del artículo 3 que establecían
taxativamente la necesidad de que el BCRA diera a conocimiento su programa
monetario anual y una meta inflacionaria que sirviese como ancla nominal de las
expectativas del público; 2) la nueva redacción del inciso b) del reformado
artículo 4 que le confiere la potestad de “regular y orientar el crédito” en
“términos de plazos, tasas de interés…así como orientar su destino por medio de
exigencias de reserva, encajes diferenciales u <u>otros medios apropiados</u>
(como establece el nuevo inciso r del artículo 14); y 3) especialmente, la
reforma del ya potencialmente peligroso inciso f) del artículo 17 de la actual
Carta Orgánica (una “innovación” introducida en la emergencia financiera de
2002 y que, en todo caso, debió ser sólo temporaria), que establece la
posibilidad de que se concedan adelantos sin límite patrimonial a las entidades
financieras con cesión de activos o garantías públicas para fines no asociados
con situaciones de iliquidez transitoria. Ese inciso es el que permitió
instrumentar la denominada línea de créditos del Bicentenario y ahora se
estipula que tales adelantos –con requisitos muy relajados de garantías- podrán
concederse para “estimular la oferta de crédito a mediano y largo plazo
destinada la inversión productiva”, lo que transforma prácticamente al BCRA en
una suerte de banco comercial (por supuesto, con poder monopólico, inexistente
regulación, capacidad de crédito formalmente ilimitada, escasos incentivos para
evaluar adecuadamente los riesgos y, por lo tanto, con pérdidas aseguradas a
cargo de los contribuyentes).
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">De manera casi
cómica –si no fuese dramático el problema que nos ocupa- los considerando del
proyecto inscriben los “nuevos” arreglos institucionales propuestos en los
antecedentes locales (<i>sic</i>) previos a la reforma de la Carta Orgánica de
1992 y se condena la “pérdida de soberanía monetaria y cambiaria” que supuso la
adopción del régimen de Convertibilidad, confundiendo ostensiblemente causas
con efectos. Obviamente, se podría argumentar que lo relevante es siempre la
conducta de <i>facto</i> de la autoridad monetaria (y, más en general, del
conjunto de la política macroeconómica) y que por ejemplo muchas de las
restricciones normativas hasta ahora existentes no han impedido, en su momento,
la ocurrencia de graves disrupciones financieras y el propio colapso del
insostenible régimen de Convertibilidad. Pero resulta cuanto menos una ofensa a
la inteligencia sugerir, como se hace repetidamente en los considerandos, que
las reformas propuestas se inspiran en la “experiencia internacional”, citando
los casos de numerosos países avanzados y de economías de mercados emergentes
que en los últimos años han reformado también las cartas orgánicas de sus
bancos centrales. Antes que la introducción de las “mejores prácticas
internacionales” en la cuestión, lo que esta verdadera involución institucional
supone, al sancionar la reapertura de numerosos grifos de emisión, nuevos
mecanismos de financiamiento al fisco y la “recuperación del rol histórico (del
BCRA) en la promoción del crédito productivo” es retrotraernos a nuestros
penosos antecedentes en la materia. Argentina, como se sabe, ostenta un triste
récord histórico de alta inflación, inestabilidad monetaria pronunciada y, en
consecuencia, un patético nivel de desintermediación financiera si se atiende a
su grado de desarrollo relativo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Objetivos múltiples<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Puede discutirse,
por cierto, la necesidad o conveniencia de que un Banco Central disponga de
objetivos múltiples para guiar su accionar e intervención en la economía, tal
como el proyecto argumenta que está ocurriendo en el plano internacional. Pero
ello depende, siempre, del contexto histórico y de la problemática que cada
economía concreta enfrenta en un momento determinado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Esquematizando, las
disrupciones en gran escala que suelen producirse en las economías de mercado
son básicamente de dos tipos bien diferentes: 1) lo que pueden denominarse
episodios monetarios disruptivos asociados al sobreendeudamiento público, la
inestabilidad nominal y la alta inflación; y 2) las crisis de excesivo
endeudamiento privado que culminan en la ruptura generalizada de contratos
financieros y en el surgimiento de fuertes presiones deflacionarias. Cada
patología requiere un tratamiento diferente y muchas veces el diseño de los
marcos institucionales está sesgado a la atención del problema que se
experimentó más recientemente (recogiendo, por así decir, las enseñanzas de la
“última batalla” pero, potencialmente, desconociendo los riesgos de incubar una
crisis de naturaleza diferente). Así, el diseño institucional y regulatorio de
la moneda y las finanzas del mundo posterior a <st1:personname productid="la Gran Depresin" w:st="on">la Gran Depresión</st1:personname>
“inmunizaba” a las economías centrales de los riesgos inmediatos de una crisis
financiera pero se reveló incapaz de hacer frente a los problemas del
financiamiento inflacionario de las políticas de estímulo a la demanda que se
revelaron a inicios de los setenta. Del mismo modo, la introducción, en
respuesta a la <i>stagflation</i>, de un
foco (casi) exclusivo en el objetivo de asegurar la estabilidad monetaria y una
baja inflación (minorista) como principios rectores de la conducta de los
bancos centrales durante las últimas décadas no impidió que, en un contexto de
fuerte desregulación, se acumulasen pronunciados desbalances sistémicos que
culminaron en la grave crisis financiera que afecta todavía a la economía
mundial. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">De allí los
interesantes debates que se plantean en la actualidad en la disciplina (tanto
entre los <i>policy makers</i> como entre
los especialistas monetarios) acerca de la conveniencia de poner o no en pie de
igualdad los objetivos de la estabilidad de precios y la estabilidad financiera
en el diseño de los marcos que guían el accionar de la banca central. Hay, como
siempre ocurre en estos casos, argumentos atendibles en favor de ambas
posiciones y, gradualmente, a medida que se aprende de las lecciones que deja
la crisis, se va arribando a un cierto consenso. De algún modo, pareciera
inevitable (y muy saludable) que los arreglos institucionales comiencen a
reflejar dichos consensos y que las tareas vinculadas a la estabilidad
financiera ponderen mucho más de lo que lo han hecho en el pasado inmediato en
la conducta futura de los bancos centrales. Por lo pronto, aunque no ha
ocurrido en todos los casos, la tarea de supervisión del sistema financiero,
que había tendido en general a ser desvinculada de la política monetaria, está
retornando al sitio del que probablemente nunca debiera haber salido. Menos
consenso hay, sin embargo, acerca de la conveniencia de que los bancos
centrales se propongan intervenir en forma deliberada para desinflar
preventivamente una burbuja u objetivos explícitos acerca de la evolución de
los precios de determinados activos financieros. Por ahora, se sigue confiando
en la regulación prudencial (aunque con un
enfoque mucho más sistémico que en el pasado reciente) como primera
“línea de defensa”, aunque tiende a aceptarse en general que, superada esta
valla, habría un rol potencialmente mucho más activo para los bancos centrales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Pero, ¿cuál es la
relación de toda esta fascinante y entendida discusión que se plantea en el
plano internacional con lo que aquí se pretende imponer en un expeditivo trámite parlamentario, probablemente sin la
mínima consulta a los especialistas? Sencillamente, para decirlo de manera
delicada,</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 10.0pt;">н о т і е н
е у н
к а р а ј о ќ у є ў є р</span><a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">. Como se vio, los
problemas que motivan actualmente el debate en los países desarrollados
refieren al caso de economías con un muy elevado grado de profundidad
crediticia, en los que se indaga acerca de la interacción (y el modo adecuado
de atenderla) entre política monetaria y desarrollos financieros<a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a>. Cabe conjeturar que, una
vez superada la profunda crisis en curso, el manejo monetario de los auges
futuros intente tomar en cuenta esas complejas interacciones y que los marcos
institucionales tiendan a reflejarlo. Vale decir, que haya aprendizaje y
construcción de nuevas capacidades institucionales. En ningún caso, en ninguna
de las discusiones actualmente en curso, se presume que los bancos centrales,
por atender consideraciones vinculadas con los desarrollos financieros, abandonarán de entre sus objetivos críticos la
necesidad de continuar anclando las expectativas inflacionarias del público.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">De hecho, ese
anclaje por parte de las autoridades monetarias de los países centrales (y la
consecuente demanda por los pasivos que ellas emiten) ha sido <st1:personname productid="la UNICA" w:st="on">la <b><u>UNICA</u></b></st1:personname><b> </b>condición de posibilidad de las cruciales
acciones contracíclicas que, en medio de la tormenta, lograron evitar el
colapso del sistema financiero internacional. Sin una reputación
antiinflacionaria de las autoridades firmemente establecida esas acciones
hubieran sido, sencillamente, inefectivas e inviables, tendiendo seguramente, a
agravar el problema en lugar de atenuarlo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Uno de los casos
más prominentes es, por supuesto, el de <st1:personname productid="la FED" w:st="on">la FED</st1:personname>, que ha intervenido en forma muy activa y
creativa para contrarrestar el shock financiero y al que los propositores de la
reforma de <st1:personname productid="la Carta Org£nica" w:st="on"><st1:personname productid="la Carta" w:st="on">la Carta</st1:personname> Orgánica</st1:personname>
del BCRA refieren como caso exitoso a emular de objetivos múltiples. En efecto,
el Estatuto de <st1:personname productid="la Reserva Federal" w:st="on"><st1:personname productid="la Reserva" w:st="on">la Reserva</st1:personname> Federal</st1:personname>
de los EEUU establece claramente que, junto con la estabilidad de precios, la autoridad
monetaria debe promover “niveles máximos de empleo” y “tasas de interés de
largo plazo moderadas”. De hecho, recientemente, el Comité de Mercado Abierto
de dicha institución se ha encargado de precisar exactamente cómo interpreta su
mandato múltiple a fin de tornar más efectiva sus acciones contracíclicas en
medio de la recesión. Sin embargo, a diferencia de lo que suelen opinar las
actuales autoridades del BCRA y de lo que pretenden promover con la reforma de
la carta orgánica, <st1:personname productid="la FED" w:st="on">la FED</st1:personname>
ha dejado explícitamente claro que, a su juicio, “la tasa de inflación en largo
plazo está determinada primariamente por la política monetaria” y que “el nivel
máximo de empleo está principalmente afectado por factores de naturaleza no
monetaria”. Lo que las autoridades monetarias de EEUU están recordando es que,
en tanto una política puramente nominal, la monetaria es neutral en el largo
plazo y que, en tal condición, es incapaz de afectar la evolución de las
variables reales de la economía. Puesto de otra manera, que el mejor aporte que
conciben para asegurar el pleno empleo en el <u>largo plazo</u> es ocuparse de
garantizar la estabilidad nominal de la economía. ¿Por qué tales aclaraciones
en este preciso momento? Porque las autoridades monetarias de EEUU son
conscientes de que los grados de libertad de que disponen para que su política
sea efectiva en el corto plazo para incidir sobre la actividad y el empleo dependen
en forma crítica de la continua credibilidad de su compromiso
antiinflacionario. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Algo muy diferente
de lo que propone la novedosa redacción del artículo 3 de <st1:personname productid="la Carta Org£nica" w:st="on"><st1:personname productid="la Carta" w:st="on">la Carta</st1:personname> Orgánica</st1:personname> que asigna ahora
al BCRA el objetivo “múltiple” de promover “la estabilidad monetaria, la
estabilidad financiera y el desarrollo económico con equidad social”. Por las
dudas, como la nueva tarea propuesta excede en cualquier acepción concebible lo
que la política monetaria es capaz de lograr en el largo plazo, la redacción
del artículo aclara que el BCRA promoverá dichos fines “en la medida de sus
facultades”. La inclusión explícita de objetivos de desarrollo como tarea de la
política monetaria sería una formulación meramente retórica sin mayores
consecuencias sino fuese porque, en contrapartida, en toda la reforma propuesta
se elimina cualquier responsabilidad del Directorio de la institución en cuanto
al cumplimiento de meta concreta alguna. De este modo, como me indica con
agudeza un respetado colega, el <i>accountability</i>
de las acciones del banco será virtualmente imposible y la apelación a la meta
de objetivos múltiples un mero subterfugio para abrir la puerta a una completa
discrecionalidad monetaria. En la mejor tradición argentina, entonces, la
reforma propuesta consagra el principio de “máxima discrecionalidad y ninguna
rendición de cuentas”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Credibilidad y flexibilidad<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">De más está decir,
asimismo, que esta fórmula aleja por completo a la institución de las tareas
que razonablemente sí puede alcanzar un banco central: señalizar a través de
sus acciones, comunicadas en forma clara y transparente, la evolución nominal
más probable de modo contribuir, “en la medida de lo posible” (¡¡¡nótese la
coincidencia con el nuevo artículo 3!!!) a reducir la incertidumbre del entorno
en el que tienen que operar los agentes económicos. Como antes se dijo, fueron
precisamente los bancos centrales que gozaban de una mayor credibilidad al
respecto los que pudieron en la crisis reciente intervenir en forma flexible y
más exitosa frente a la perturbación. Vale decir, los que a través de una
paciente y trabajosa construcción institucional y de una práctica consecuente
lograron mejorar los términos del dilema característico que típicamente
enfrenta la política monetaria entre credibilidad y flexibilidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Nada de esto es, en
sí, demasiado novedoso, aunque posiblemente deberían estudiarlo los redactores
del proyecto. La teoría económica demuestra que existen razones de peso para
que un diseño monetario óptimo atienda, de manera simultánea, a ambos tipos de
consideraciones: la necesidad de favorecer respuestas flexibles para lidiar con
shocks pronunciados y, al mismo tiempo, contar con mecanismos y reglas que
permitan disciplinar las políticas, reducir los incentivos a la laxitud y
anclar en forma creíble las expectativas del público. Lógicamente, sería
preferible no tener que enfrentar estos difíciles dilemas de política pero así
es como se presentan en la práctica. Es obvio que todo banquero central sabe
que es siempre preferible ser creíble y flexible, antes que rígido y
discrecional. El problema es cómo se logra aquella combinación óptima ¿Se lo
hace buscando atajos fáciles que decreten <i>de
jure</i> la reputación <i>ipso facto</i> de
las autoridades o se busca generar las condiciones para atenuar dichos <i>trade offs</i> de manera de ampliar
gradualmente el margen de maniobra de las mismas? No es difícil saber la
respuesta en el caso argentino ya que la repetida conducta oportunista de las
autoridades condujo en el pasado a un descrédito creciente en nuestra moneda, a
un dramático estrechamiento de los márgenes de maniobra de las políticas y,
finalmente, a la obligación de tener que “comprar” credibilidad a través del
apego a reglas muy estrictas que dejaban escaso o nulo margen para reaccionar a
perturbaciones exógenas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">La desafortunada odisea del peso<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">En efecto, décadas
de inestabilidad monetaria y alta inflación condujeron indolentemente a un
creciente repudio del peso, a su virtual ineficacia como reserva de valor y a
su rechazo para cualquier transacción que no refiriese a las operaciones
inmediatas y más rutinarias. De hecho, su virtual desaparición como unidad de
cuenta de los contratos condujo a la búsqueda de sustitutos más adecuados para
cumplir tal función y redujo a un mínimo la intermediación financiera en moneda
doméstica, con graves consecuencias para el desarrollo económico (al que, a
pesar de ello, se invoca repetidamente como móvil principal en la actual
propuesta de reforma). Al estrecharse los horizontes de decisión de los agentes
se vieron condicionadas de ese modo todas aquellas actividades que implicasen
comprometer recursos productivos y hundir capital por plazos prolongados,
dañando la inversión, la innovación y, en definitiva, la capacidad de
crecimiento<a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">La última línea de
resistencia de la economía monetaria -el régimen de alta inflación con
contratos indexados- sucumbió también a los embates de diversas perturbaciones
y shocks aceleradores de distinto tipo, internos y externos, de oferta y
demanda y de puja distributiva. Por ello resulta algo absurdo suponer que,
luego de las hiperinflaciones, alguien “decidió” abandonar la soberanía
monetaria, como se sugiere en los considerandos del proyecto de ley. En rigor,
nadie “eligió” a <st1:personname productid="la Convertibilidad" w:st="on">la
Convertibilidad</st1:personname>; fue “ella” la que nos “adoptó” a nosotros
(o, en todo caso, si se quiere fuimos nosotros mismos los que luego de varias
décadas nos fuimos cerrando opciones y márgenes de maniobra). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">El remedio, ya se
sabe, no fue mucho mejor que la enfermedad. En lugar de servir para recuperar
gradualmente la confianza en la moneda doméstica, la posibilidad de contratar
en moneda extranjera en las relaciones financieras internas dolarizó aún más
nuestras conductas de ahorro y nos condujo a un laberinto del que sólo pudo
salirse disruptivamente cuando la economía local debió procesar una
depreciación real. De todos modos, pese a los peores pronósticos, una
conjunción de circunstancias fortuitas y no tanto (la memoria nominal de una
década de estabilidad de precios, un elevadísimo desempleo que privaba de
mecanismos de transmisión a los impulsos inflacionarios provenientes de la
devaluación, un sobreendeudamiento interno, el <i>default</i> de las obligaciones externas, decisiones prudentes de la
política económica en materia fiscal) evitó la huida del peso y la hiperinflación
tan temidos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Partiendo de
horizontes de decisión muy estrechos y colapsados por la crisis, esta situación
brindó, sin embargo, una posibilidad inédita: la de recuperar muy gradualmente
la confianza en la moneda doméstica y recomponer, paso a paso, la
intermediación financiera y la estructura de contratos de la economía. Durante
unos años –hasta inicios de 2005- el proceso marchó a un ritmo aún mayor del
que podían pronosticar los más optimistas: la demanda real de pesos por motivos
transaccionales comenzó a recuperarse en forma vigorosa a medida que la
economía se reactivaba, al mismo tiempo que los depósitos retornaban al sistema
financiero (aunque sin abandonar su tradicional perfil cortoplacista). De todos
modos, aunque se había recuperado, el crédito continuaba siendo virtualmente
inexistente y la expansión se había financiado mayormente con retención de
utilidades -y algún retorno de capitales fugados al exterior. Para que el
proceso continuase, a medida que se ampliaban los horizontes de los agentes,
resultaba crítico disponer de una unidad de cuenta en la que efectuar contratos
a plazos más prolongados. Tal como había ocurrido en el caso de otras economías
de mercados emergentes, la única posibilidad en este sentido parecía residir en
la contratación en moneda doméstica indexada, lo que su vez exigía un firme
compromiso antiinflacionario de las autoridades con vistas a reducir la
incertidumbre de oferentes y tomadores potenciales de crédito. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Si así hubiese
ocurrido el régimen monetario de la postConvertibilidad podría haber comenzado
a consolidarse. Las cosas, ya se sabe, ocurrieron de un modo muy diferente.
Cuando la economía cerró su brecha de output en algún punto de 2005 las
autoridades subestimaron inicialmente las presiones inflacionarias y, en lugar
de moderar el ritmo de aumento del gasto interno, buscaron enfrentar el
problema atacando sus síntomas: reprimiendo, primero, sus incipientes
manifestaciones a través de controles administrativos sobre algunos precios
clave y, luego, de manera insólita, haciendo <i>cheating</i> con el IPC, mientras la política macroeconómica continuaba
con un sesgo fuertemente pro-cíclico. Esa absurda decisión marcó, en su
momento, un inadvertido punto de inflexión al dejar a la economía sin unidad de
cuenta para los contratos de largo plazo, y decretar, en la práctica, la
imposibilidad de que los horizontes continuaran alargándose, restringiendo
severamente la recuperación de la intermediación financiera y la expansión del
crédito. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">El resto de la
historia está aún más fresca: restringido su acceso al crédito por el <i>default</i> encubierto, el gobierno buscó
hacerse de nuevas fuentes de fondos para continuar con la expansión del gasto
(reestatización de las AFJP, control de la caja del ANSES y recurso a las
reservas del BCRA), al tiempo que una política monetaria muy acomodaticia de
tasas de interés reales fuertemente negativas contribuía al marcado sesgo
pro-cíclico de la política macroeconómica y la tasa de inflación se aceleraba.
A dicha altura, las únicas anclas relevantes sobre la dinámica nominal eran el
control sobre el tipo de cambio que el BCRA podía exhibir merced a los stocks de
reservas previamente acumulados (y a los excedentes de cuenta corriente
posibilitados todavía por los muy favorables términos de intercambio) y una
creciente factura fiscal de subsidios que mantenía congeladas las tarifas de
los servicios públicos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Dado que, en un
contexto de acelerado crecimiento de la demanda impulsado por las señales de
política, las holguras del fisco y del sector externo debían naturalmente
comenzar a agotarse, las expectativas del público comenzaron gradualmente a
registrar las inconsistencias que caracterizaban al régimen macroeconómico
vigente. En particular, creció la percepción de que la dinámica de la tasa de
inflación era incongruente con el comportamiento del tipo de cambio nominal y
que, tarde o temprano, ambas variables deberían “cointegrarse”. Ausente todo
intento oficial de que dicha cointegración ocurriese de manera benévola (con
una todavía factible convergencia de los registros inflacionarios a la moderada
tasa de devaluación), el público comenzó preventivamente a dolarizar sus
carteras, como tantas otras veces ocurrió en la historia argentina. Lo
insólito, en todo caso, era que la percepción de crecientes estrecheces
ocurriese, como consecuencia de la conducta depredadora del gobierno, en un período de clara “abundancia” para la
economía argentina (que había visto inéditamente relajada su consuetudinaria restricción
externa por el favorable contexto externo). Pese a la continua expansión
monetaria y al deseo de las autoridades de “no enfriar la economía”, las tasas
de interés internas comenzaron a reflejar el stress financiero duplicándose en
un par de semanas. Vale decir, el trabajo que no querían hacer las autoridades
comenzó a hacerlo, de mala manera, el mercado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Fin de régimen<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Ello condujo, a
fines de octubre del año pasado, a toda una serie de controles policíacos y a
la decisión de prohibir virtualmente el acceso al mercado de cambios. Consistentes
con sus típicos <i>modus operandi</i>, las
autoridades siguieron “fugando hacia delante” y decidieron reprimir los
desequilibrios, en lugar de reconocerlos y encararlos debidamente en su origen<a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a> (vgr. la tensión
inflacionaria generada por un ritmo de crecimiento del gasto interno muy
superior a la tasa de crecimiento potencial, e inducido por el conjunto de la
política económica). La decisión de encerrar a los tenedores de pesos en una suerte
de “cepo cambiario” testeó la demanda de dinero y provocó una estrafalaria
corrida bancaria en la que los depósitos en dólares cayeron alrededor de 20% (posiblemente,
la primera de su tipo, “autoinfligida” por las propias autoridades, dado que
los bancos se encuentran muy líquidos y solventes y el BCRA cuenta con menguantes,
pero todavía abundantes reservas). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Pese a que les tomó
un par de semanas, las autoridades pudieron controlar la salida de depósitos.
Pero el equilibrio alcanzado es todavía precario y la evolución de la situación
va a depender, críticamente, de la función de reacción de las propias
autoridades. Y ése, parece, es el principal problema, a juzgar no sólo por la
conducta que nos condujo hasta aquí sino por la que se empeñan en perseguir
luego de cada victoria pírrica que obtienen. Una vez “garantizada” la represión
financiera, las autoridades han comenzado a conducirse como si estuviesen
situados en el “lado bueno” del <i>trilemma</i>
de imposibilidad en economía abierta. Vale decir, con la posibilidad de
controlar de manera simultánea la evolución del tipo de cambio nominal y la de
los agregados monetarios internos. Es así como debe interpretarse la pretensión
de forzar una baja en las tasas de interés domésticas una vez que retornó
transitoriamente la calma al mercado de cambios a inicios de enero. Y el intento,
ahora, de eliminar las restricciones institucionales remanentes para concurrir
al financiamiento monetario del fisco y a la promoción voluntarista del
crédito. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Como toda miopía,
lo que ésta no puede ver es lo que nos espera, enseguida, a la vuelta de la
esquina. Algo parecido a lo que ocurrió con la “trampita” hecha con el IPC. Con
el cepo cambiario y la decisión de modificar la Carta Orgánica del BCRA viene a
consumarse el final de la experiencia monetaria de la post-Convertibilidad. Encerrados
por el cepo cambiario y la decisión de apropiarse definitivamente de la hoja de
balance del BCRA, la señal que acaba de recibir el público es que el gobierno
está dispuesto a cazarlo en un “gran corralito” (especialmente, si se atiende a
la decisión de derogar casi todo lo que quedaba de la ley de convertibilidad,
excepto el último mecanismo de defensa con que contarían ahora los tenedores de
pesos: la prohibición de indexar y actualizar monetariamente los contratos).Como
siempre en nuestra disciplina es arriesgado predecir una dinámica precisa, algo
particularmente aún más difícil en el caso del pronóstico de una variable tan
inestable como la demanda real de dinero. Pero creo no equivocarme si afirmo
que las decisiones recientes inauguran un significativo (para peor) cambio en
el régimen de funcionamiento macroeconómico. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Existen otros
indicios para sustentar este diagnóstico. Como antes se sugirió, hubo a inicios
de la década pasada un cambio fundamental en la configuración macroeconómica respecto
de la que caracterizó a la economía argentina desde la segunda posguerra pero,
especialmente, durante el último cuarto del siglo XX. En efecto, merced a la
reestructuración de la deuda externa, pero fundamentalmente debido al alza de
los precios internacionales de nuestros principales <i>commodities</i> (y a la favorable respuesta de la oferta exportable), a
inicios de los 2000 -no exactamente a partir del 25 de mayo de 2003, como gusta
decir el relato oficial, pero más o menos- se produjo un ostensible
relajamiento de la denominada restricción externa, que había condicionado
fuertemente el desempeño económico local. Una manera de ver la forma en que
operaba esta restricción es postular que, durante su vigencia, el nivel de
ingreso de “equilibrio interno” se situaba a un nivel más elevado que el de
“equilibrio externo”. Puesto de otra manera, que para alcanzar el pleno empleo
macroeconómico era antes necesario incurrir en un fuerte desbalance de pagos
externos. Con el advenimiento del nuevo siglo esta situación tendió a modificarse,
lo que posibilitó que la economía argentina creciese a un ritmo acelerado sin
incurrir en sus sistemáticos
desequilibrios de cuenta corriente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">Ausentes algunas de
las restricciones tradicionales al crecimiento, de manera algo voluntarista y
pretenciosa, el “postkeynesianismo K” pretendió transformar esta coyuntura
favorable en la base de una “nueva” doctrina: el denominado supermultiplicador
(reinterpretando respetables, pero marginales, afirmaciones de Kaldor). Algo
así como la idea de que la demanda agregada es capaz de generar siempre (y casi
instantáneamente) su propia oferta, en una curiosa inversión de la ley de Say.
Esta suerte de pensamiento mágico (casi como el pasaje de un “estado de
necesidad” y escasez a un mítico “reino de la libertad”) se aplicó a diferentes
cuestiones a medida que los problemas se presentaban. En particular, a las
tensiones generadas por el alza continua de los precios, cuya “solución
virtuosa” debería encontrarse ahora en el estímulo de la oferta vía la
inversión y no a través de las tradicionales “recetas de ajuste”. No tengo
espacio aquí (ya parezco CFK) para discutir en detalle esta “doctrina”. Baste
decir que es la propia práctica oficial de los últimos meses (Moreno <i>dixit</i>) la que la desmiente de manera
rotunda ¿Qué otra cosa, sino lidiar con estrecheces y restricciones de oferta
se proponen las intervenciones oficiales en el mercado de cambios y el
desquiciado intento de manejar la economía con un tablero de comando
unipersonal, promoviendo una anacrónica y suicida sustitución de importaciones <i>accros the board</i>? Tomen nota, muchachos:
en una economía pequeña y abierta, las divisas son parte de la restricción de
oferta. Creo que algo de eso nos enseñó, hace ya bastante tiempo, el
estructuralismo latinoamericano. Una vez más, es importante la distancia que
separa discurso de realidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">De todas maneras,
esta dinámica no es tampoco enteramente novedosa. Al fin de cuentas todas las
sagas populistas (aunque ésta sea una de recursos “propios” algo más duraderos)
terminan más o menos igual. En todo caso, lo farsesco, diría Marx, es enfrentar
la escasez en una época de abundancia, como consecuencia de la falta de visión
y de la voracidad depredadora de las autoridades. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua"; font-size: 11.0pt;">En su célebre “Dinero,
precios y civilización en el mundo mediterráneo” Carlo Cipolla refiere cómo en
la primera Edad Media, inmediatamente después de la caída del imperio romano,
la sociedad europea revirtió prácticamente al trueque a medida que la
inseguridad, la falta de comunicaciones y la autarquía restringían la escala de
la división del trabajo y provocaban el virtual colapso del sistema monetario
¿Anticipa algo, en tal sentido, el fin de la experiencia monetaria de la
post-Convertibilidad, las prácticas de autarquía comercial, la sustitución
forzada de importaciones, o las misiones comerciales de trueque, entre las que
sobresale el bizarro viaje de intercambio de alimentos por petróleo a Angola? ¿Estaremos
ingresando nosotros en nuestra propia Edad Oscura?<o:p></o:p></span></div>
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"> Traducción libre del cirílico: “No tiene un
carajo que ver”.</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Book Antiqua"; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"> Hay, por cierto, también relevantes
discusiones que involucran al manejo de la política monetaria en la economías
de mercados emergentes y que refieren a la interacción entre estabilidad de
precios, sostenibilidad externa y estructura económica . </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Book Antiqua"; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn3">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"> Algún observador atento podría apuntar que
esta afirmación desmiente la proposición anterior acerca de que la política
monetaria es neutral (o superneutral, como se quiera) en el largo plazo. Y
seguramente, como prueba una abundante literatura, tendrá razón.
Lamentablemente, la teoría monetaria no tiene todavía un conjunto de teoremas
capaces de responderle en forma eficaz. En todo caso, lo mejor que puede
decirse a tal objeción es que “siempre es más fácil destruir un orden que
edificarlo”. </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Book Antiqua"; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn4">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<a href="file:///D:/Users/Javier/Downloads/Discurso%20y%20realidad.doc#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES" style="font-family: "Book Antiqua";"> Nota <i>bene</i>
para “heterodoxos”: la teoría económica recomienda intervenir cuando los
mercados exhiben alguna falla ostensible en su operatoria; no cuando la
evolución del mercado está señalando adecuadamente la existencia de una
inconsistencia en los planes de oferentes y demandantes. En tal caso, reprimir
el desequilibrio, sólo puede conducir a su grosera acentuación. </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Book Antiqua"; mso-ansi-language: ES-AR;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-80710178654248929902012-01-03T09:05:00.000-03:002012-01-03T09:11:35.608-03:00Puto el que escribe<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-DQRv3936y_s/TwLlmFhdU2I/AAAAAAAAAf0/A-Sf5gJcnOc/s1600/puto+el+que+escribe.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://2.bp.blogspot.com/-DQRv3936y_s/TwLlmFhdU2I/AAAAAAAAAf0/A-Sf5gJcnOc/s320/puto+el+que+escribe.jpg" width="320" /></a></div>
José Pablo Feinmann sorprendió a algunos:<br />
<blockquote class="tr_bq">
"Es muy incómodo adherir a un gobierno de dos gobernantes multimillonarios que están comandando un gobierno nacional, popular y democrático, y que te hablan del hambre"</blockquote>
Las reacciones no se hicieron esperar: <a href="http://rambletamble.blogspot.com/2011/12/feinmann-otra-mirada.html" target="_blank">"le hace el juego a la derecha (...) todo suyo compañeros"</a> le espetó @lupo55 que, ahora, <a href="http://rambletamble.blogspot.com/2012/01/feinmann-el-badulaque-progresista.html" target="_blank">lo trata de badulaque</a>. Esta, la reacción militante, leída con generosidad demanda una discusión sólo interna. Menos generoso, demanda homogeneidad de pensamiento.<br />
<br />
<a name='more'></a>Con otra mirada, <a href="http://www.perfil.com/ediciones/2011/12/edicion_638/contenidos/noticia_0030.html" target="_blank">Kohan discurrió sobre la distribución de la riqueza, las manifestaciones de riqueza y el peronismo para luego pedir que dejemos el reduccionismo de lado.</a> Pepe Eliaschev <a href="http://twitter.com/#!/peliaschev/status/153657664491110400" target="_blank">consideró al artículo</a> una: "magistral demolición de Martín Kohan del penoso & patético Feinmann, el feinmanniano". El artículo es ambiguo y tiene una lectura posible diferente, aunque con un exabrupto disfrazado en la despersonalización "más de uno"...<br />
<blockquote class="triano_bq">
"Hay una broma que se ha hecho costumbre en estos años. Cada vez que alguien menciona a Feinmann, hay otro que sonríe y pregunta: “¿Cuál de los dos? ¿El bueno o el malo?”. Porque se sobreentiende que hay uno que es malo y se llama Eduardo; es periodista y pide penas de muerte por televisión, o cierres de frontera por radio. Y hay otro que es bueno y se llama José Pablo. <b>Más de uno por estos días se aprestan, con gran enojo, a revisar el chiste de los dos Feinmann</b>. Pero hablar de buenos y malos es caer en binarismos reductivos; y Feinmann, José Pablo, reclamó ante todo esto que se lo libere de tales simplificaciones. Ni buenos ni malos, conviene entonces decir"</blockquote>
¿Borrar la línea divisoria entre ambos Feinmann? El exabrupto de Kohan es seguramente una consecuencia de que JPF es "cercano al gobierno" como (dis)gusta caracterizar La Nación.<br />
<br />
El bueno y el malo de Kohan es una <i>redux</i> de la distinción que hiciera Lanata: hay un Feinmann que escribe libros, y hay otro que los quema. Que JPF se libere de las simplificaciones militantes, es una buena cosa (¿incurrió?). Que Kohan sugiera borrar la línea entre ambos Feinmann, en nombre de la complejidad o el relativismo, es una mala cosa. Feinmann, el que escribe y duda, será siempre bueno.Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5244529.post-4171390778869417492012-01-02T21:19:00.000-03:002012-01-02T21:23:49.436-03:00Pesificar, divino tesoro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-hHDhAPwM7RE/TwJAxKPNXTI/AAAAAAAAAfo/8XdUPr0hQ_0/s1600/highway_hell.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="140" src="http://3.bp.blogspot.com/-hHDhAPwM7RE/TwJAxKPNXTI/AAAAAAAAAfo/8XdUPr0hQ_0/s200/highway_hell.jpg" width="200" /></a></div>
En BAE, Alejandro Bercovich <a href="http://www.diariobae.com/diario/2012/01/02/6304-la-afip-y-el-bcra-quieren-pesificar-el-mercado-inmobiliario.html" target="_blank">plantea la intención de la AFIP y el BCRA de "pesificar el mercado inmobiliario"</a>. Es deseable pero ¿es posible hacerlo mediante restricciones a la compra de dólares sin efectos en el nivel de actividad? El problema tiene varios aspectos. La compra a plazos de un inmueble (¿cómo indexar?) y el carácter de inversión del inmueble o bono-ladrillo, entre los que me interesan.<br />
<a name='more'></a><br />
Motivado por el artículo de @aleberco, anduve preguntando como se están ajustando los fideicomisos al costo que se pagan a plazos en pesos (teóricamente, recaudación a cuenta). En algunos casos, las cuotas se ajustan por el índice de la Cámara Argentina de la Construcción. En otros, se promedia el ICAC el valor de referencia del metro cuadrado que publica semanalmente el Diario Clarín, en el suplemento Arquitectura tipología Torre de Viviendas (SIC, SIC)<br />
<br />
Por comodidad, utilizo la serie más larga que conseguí para ambos (si me pasan un excel con los números...) y veo que entre mayo de 2010 y noviembre de 2011 el ICAC aumentó 37.7% mientras que el I-TV-Clarín aumentó 65.9% (suena conspirativo, ¿no?). Es decir, que hay gente comprando, y desarrolladores indexando a casi el 52% por un año y medio (!!??... me voy quedando sin signos).<br />
<br />
Pregunto un poco más y me cuentan que la parte indexada en pesos corresponde, aproximadamente, al valor de construcción pero el terreno, una especie de pago inicial, se paga en dólares. Mi lectura es que el mercado desarrolló una proxy por los costos de construcción que se pueden pagar en pesos, y encontró una forma inconveniente para la economía y conveniente para los desarrolladores, pero forma al fin, de indexar. Pero que estrictamente lo que se pesifica es lo que se paga en pesos de cualquier manera. Claro, con inflación en dólares es una alternativa para ahorrar a plazos en un inmueble.<br />
<br />
Pero ¿y la compra al contado de un inmueble? Dejando de lado los inconvenientes transaccionales con un billete de 100 pesos, el asunto es ¿a qué dólar calcula el valor en pesos el vendedor? Empiezo por un ejemplo menor: muchos productos importados en Mercado Libre cotizados en dólares se venden al dólar "blue" y los cotizados en pesos ya sufrieron la "inflación" del paralelo. ¿Qué dólar utiliza el vendedor de un inmueble qué acepta pesos? Porque si en la cuenta utiliza el dólar "blue" entonces la pesificación es simplemente artificial; cómo tantas veces, las escrituras se harán en pesos pero los movimientos en dólares.<br />
<br />
La verdad de perogrullo es que para que la gente tenga pesos tienen que existir instrumentos en pesos que permitan conservar valor. La restricción de cantidades, entonces, no puede forzar las tenencias en pesos sin generar una pérdida de capital en el tenedor. O, lo que es lo mismo, esta forma de represión financiera debería tener costos en términos de actividad: para la economía son muy importantes las transacciones que se hacen pero, a veces, lo son más aquellas que no se hacen.Unknownnoreply@blogger.com1