Lo dije por ahí, Krugman es un caso fascinante: un economista académico con el don de la ironía se convirtió en uno de los comentaristas/analistas políticos más importantes de los Estados Unidos. Desde sus artículos en el New York Times, lleva ya seis años de oposición razonada y crítica fundamentada al gobierno de Bush. Las reediciones de sus columnas bajo la forma de libro fueron éxitos de ventas merecidos (la Argentina debe estar mucho mejor porque entre los libros de "no ficción" más vendidos uno encuentra el Matemática de Paenza, el libro de una anoréxico rehabilitada, Gaturro y el Mitos enésimo de Pigna).
En una columna reciente, Krugman advierte sobre los riesgos de que el mercado inmobiliario tenga una corrección abrupta en lugar de una gradual. Veamos los datos elegidos por Krugman:
"Las ventas bajaron abruptamente. Los precios de las viviendas, que subieron en 57% en los últimos cinco años (y mucho más en las zonas costeras), están cayendo en la mayoría del país. El inventario de viviendas sin vender está en su punto más alto de los últimos 13 años mientras que la confianza de los constructores está en su punto más bajo de los últimos 15 años."
Son pocos los que dudan que el mercado inmobiliario está desacelerándose. La discusión pasa entre los que sostienen que será un proceso gradual y ordenado con aquellos que ven una caída abrupta.
Entre los "optimistas" están buena parte de los bancos internacionales. Un ejemplo es el análisis realizado por los economistas de HSBC que, estudiando las alzas y correciones del pasado, concluyen que: "las bajas se prolongaron por décadas y podría durar hasta cinco años esta vez."
Krugman es un pesimista modera (la baja abrupta es una posibilidad que no hay que descartar rápidamente) y cita los pesimistas duros como Nouriel Roubini que anticipan una recesión en el año 2007 liderada por la pinchadura de la burbuja inmobiliaria. Los pronósticos negativos de Roubini (me da fiaca traducirlo, lo lamento):
"At this point there no doubt on whether the housing sector is contracting – real residential investment fell at the annualized rate of 6.4% in Q2. The first derivative of the housing market is clear and negative today and looking ahead for the next few quarters. There is not even a debate about the second derivative of the housing market as any estimate out there suggests that the housing sector will contract at a faster rate in Q3 and Q4 than in Q2. Some official estimates that I have seen suggest that real residential housing will contract at 10% - rather than the Q2 6.4% in the next two quarters. My own estimate – based on a reading of the coming data – is that, actually, the contraction is more likely to be of the order of 12-15% annualized rate in the next several quarters. So, the only remaining scary question is about the third derivative of the housing sector and at which point – in terms of quantities and prices – the housing market will bottom out."
En español breve dice Roubini: no hay duda que el sector inmobiliario está cayendo (la primera derivada), tampoco hay duda que el ritmo de la caída está acelerándose (la segunda derivada); la única "pregunta aterradora" es en que me momento el mercado inmobiliario va a tocar fondo y rebotar.
Quien sabe. Por ahí Roubini y Krugman se equivocan de medio a medio y este exitoso arquitecto argentino tiene razón. Aunque mis fichas están puestas en la ciencia sombría.
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