Hasta aquí, Ibarra no precisó que es lo que considera un apoyo o un rechazo de la opinión pública. Ya se sabe que para que la revocatoria tenga fuerza por si misma, más del 50% del padrón electoral de la Ciudad va a tener que manifestarse en contra. Si suponemos que sólo el 70% va a votar toda vez que no es obligatorio, ¡eso significa que Ibarra ya va 30% arriba! Otra forma de ponerlo es que para que triunfe el NO, si realmente vota el 70%, se necesita la negativa de al menos el 70% de los votantes.
Así que Ibarra tiene que precisar hoy:
¿Qué pasa si no junta las 520,000 firmas? ¿Fracasó o triunfó?
¿Qué pasa si la mitad más uno de los votantes le dice que se vaya?
Eso sería un acto de honestidad política.
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