"La concentración y las grandes compañías forman parte del desarrollo del capital en todo el mundo. No es una característica exclusiva de la economía argentina, pero sí lo es su escasa regulación y la existencia de un desarticulado marco institucional de negociación con empresas que ejercen posición dominante."Luego, Zaiat enuncia unos "pocos ejemplos" y "contundentes":
- 2 empresas concentran el 89 por ciento de las ventas de pan lactal en el país.
- 2 empresas, el 84 por ciento de las gaseosas y colas.
- 2 empresas, el 77 por ciento de la leche chocolatada.
- 2 empresas, el 78 por ciento de las galletitas saladas.
- 3 empresas, el 100 por ciento de las ventas de cervezas.
Dejando de lado la contundencia de los ejemplos, lo que nos está diciendo Zaiat es que en Argentina la regulación y el marco institucional (o, lo que es lo mismo, el estado que hace ya varios años manejan los K) son más débiles que en:
Turquía
Bolivia
Chile
Colombia
Costa Rica
República Dominicana
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
Mexico
Nicaragua
Panama
Paraguay
Peru
Uruguay
Guyana
Jordania
Líbano
Egipto
Bangladesh
Camboya
Indonesia
Tailandia
Vietnam
Argelia
Angola
Camerún
Congo
Etiopía
Kenia
Mozambique
Nigeria
Senegal
Tanzania
Uganda
Haití (algunos años)
Y me cansé de copiar países que tienen inflación mucho más baja que Argentina.
El argumento no cierra por ningún lado. Además, con el récord histórico de gasto a PBI, si Zaiat tuviera razón, significa que los K no sólo no mejoraron el estado sino que lo empeoraron.
Señor Miguel Olivera,
ResponderBorrarDe todos esos países que usted según nos dice se cansó de copiar y que actualmente siempre según sus afirmaciones tienen inflación más baja que Argentina... ¿podría señalarnos en cuáles su respectivo gobierno ha ordenado a los directivos de su oficina de estadística que corrijan un sesgo aberrante y como represalia a ese gobierno se haya comenzado inmediatamente a difundir tasas inflacionarias mayores apelando a todo tipo de ardides, hasta los más torpes, inclusive falsear redondeos y hasta coeficientes de correlación?
Ricardo Patricio Natalucci
DNI: 8.464.942
Ex supervisor del INDEC 1980-1985
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
Ex asesor de la Secretaría de Planificación de Presidencia de la Nación 1986-1991
Director del portal estadístico no gubernamental www.indec.com.ar.
Email: ricardonatalucci@indec.com.ar
Teléfono: (011) 15-5347-2390
Señor Ricardo P. Natalucci:
ResponderBorrarNo lo se. Pero en cualquier caso, si en esos países predominara el sesgo plutocrático y éste tuviera el signo que usted argumenta que tiene (dado que en la mayoría de ellos la distribución del ingreso es peor que en la Argentina), la inflación "democrática" sería más baja.
Después de todo, la inflación "democrática" del INDEK - la oficialista - ya está por arriba del 10% y eso la pone por arriba de muchos países que tienen menor "regulación y marco institucional". Por lo tanto, el argumento de la oligo-inflación como determinante principal de la inflación es una tontería lo miremos como lo miremos.
De paso, no tengo ninguna constancia (ni usted ofreció pruebas serias al respecto, y ya pasé varias veces por indec.com.ar) de que la corrección del sesgo plutocrático es lo que pasó en la Argentina. Cuando encuentre en su sitio, o en algún otro lado, algún buen argumento o prueba que me convenza de que el gobierno tuvo la intención y la práctica de corregir el sesgo plutocrático del IPC previo, entonces cambiaré de opinión. Mientras tanto, sigo pensando lo mismo: el IPC oficial subestima la inflación.
Ud. disculpe Natalucci, ¿lo que quiere decir es que en el resto de los países del mundo el sesgo plutocrático implica inflación más alta que la reportada oficialmente, pero en Argentina, éste opera al revés?.
ResponderBorrarEn cualquier caso, la forma de medir los precios es trivial para el punto que hace Olivera.
Saludos.
parar la inflación focalizando exclusivamente la concentración de los mercados ¿sería una política oligo-frénica?
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar¿Y en todos esos países hay una fuerte puja distributiva donde las empresas intentan mantener sus márgenes luego de cada paritaria o no? Porque los partidarios de la explicación oligo-inflacionaria lo que sostienen es que el aumento de los precios es una respuesta de los grupos concentrados ante la presión del trabajo con el objeto de sostener márgenes. Al igual que las correlaciones de genérico, esto huele a falacia del hombre de paja.
ResponderBorrarNo tiene ni pies ni cabeza el tema de la oligo-inflación. Es una locura.
ResponderBorrarNatalucci:
Estoy por armar un grupo en Facebook para bancarte. Quisiera saber si me permitís hacer esto.
Creo que soy tu único fan, porque más allá de tu sesgo plutocrático, yo te banco para que no te quedes solo.
Acordate te bancaba antes que fueras famoso, Nata!!
Señor Miguel Olivera:
ResponderBorrarEl sesgo plutocrático debe medirse allí donde está, que es en la estructura de ponderaciones de la canasta, en las especificaciones de las variedades, y en la muestra de comercios. Allí el signo es único, y evidentemente hacia los ricos, tal como indica el nombre del sesgo. No es algo que diga yo, sino que sobre todo en el caso de la estructura de ponderaciones puede medirse muy fácilmente, y en algún momento usted mismo ha visto los gráficos con los cuales muestro ejemplos de esa enorme distorsión.. Pero el sesgo plutocrático no determina que su efecto sobre el IPC (ni sobre el incremento del IPC) resulte siempre en subestimación o en sobreestimación de los mismos, sino que por el contrario ese signo es variable dependiendo entre otros factores del tipo de política económica que se está implementando y de las características de la situación económica imperante. Es así como el sesgo plutocrático “beneficia” con incrementos más bajos a determinadas orientaciones económicas y situaciones económicas y “perjudica” con incrementos más altos a las orientaciones económicas y situaciones económicas de signo contrario.
Yo no estoy defendiendo aquí el argumento de la oligo-inflación. Mi argumento es que la presión inflacionaria actual en Argentina es fundamentalmente producto de la campaña iniciada contra el gobierno nacional a fines de enero de 2007 al difundir índices más altos como represalia por haber el gobierno ordenado a los directivos del INDEC la eliminación del sesgo plutocrático.
En algún momento (casi seguramente recién al publicar mi libro) ofreceré tablas y cuadros para apreciarlo con más comodidad, pero mientras tanto para observar “que el gobierno tuvo la intención y la práctica de corregir el sesgo plutocrático del IPC previo" no tiene más que comparar la canasta de metodología 13 con la canasta de la enmienda del año 2008. Aquí le dejo los respectivos links:
1)http://www.indec.com.ar/metodologia_13_ipc_gba.pdf
2)http://www.indec.com.ar/metodologia_enmienda_2008_ipc_gba.pdf
Si quiere constatar algún ítem con mayor precisión puede consultarme la ponderación de alguna variedad que no esté publicada en la metodología 13 y que le interese especialmente, ya que las dispongo completas.
Ricardo Patricio Natalucci
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Al participante que firma “Generico”
ResponderBorrarLas consecuencias del sesgo plutocrático sobre el incremento del IPC dependen de la orientación económica y de la situación económica de cada momento en el respectivo país, tal como le expliqué a Miguel Olivera en mi comentario inmediatamente anterior.
Eso hace que cualquier comparación sobre la inflación de diferentes países pierda buena parte del sentido si no tiene esos efectos en cuenta.
Ricardo Patricio Natalucci
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don nata
ResponderBorrarsi el efecto putocrático depende de cada paìs
y miro la lista de olivera
argentina es un verdadero outlier
aspira la raya blanca
pero aunque tire un buen centro
siempre va a ser otro el que la emboque
Genial. Tomando como aceptable la flácida teoría de Natalucci, entonces deberíamos modestamente admitir que en Argentina está la vanguardia de los métodos para estimar el IPC. ¡Lo parió que éramos un país desarrollado al fin y al cabo!
ResponderBorrar¿Cuántos países enumeró Miguel? ¿Unos 30-40? Ya que usted es el especialista, haga el cálculo probabilístico de que absolutamente todos los países mencionados están equivocados para el lado de "darle la razón a Zaiat" y, no sólo eso, ¡Sino que además de eso deberían superar o igualar la inflación argentina! (claro que es una exageración, con que sea un approach yo me quedo contento).
Ahora: ¡Mire si el establishment (y/o las consultoras privadas) está tan dispuesto a volver al índice plutocráticamente sesgado que hasta nos tuvieron que aumentar los salarios en términos reales porque nos creímos sus mentirosos y más elevados índices!
Por otro lado, ¿En qué medida afecta a los sectores bajos difundir un índice del IPC supuestamente más elevado que el "real"? ¿Con qué número en mano cree que van los gremios a las paritarias? ¿Y los trabajadores no agremiados? ¿Cree que si el gobierno dice que hubo un 5% les van a aumentar más que si dicen que fue un 20%?
natalucci, se me esta volviendo surrealista. Me lo imagino como un cuadro de Dali.
ResponderBorrarPor cierto, es verdad que usted no dijo nada respecto de los sectores altos y bajos, pero me gustaría que ampliara entonces esta expresión:
ResponderBorrar"Es así como el sesgo plutocrático “beneficia” con incrementos más bajos a determinadas orientaciones económicas y situaciones económicas y “perjudica” con incrementos más altos a las orientaciones económicas y situaciones económicas de signo contrario."
Las preguntas son: ¿A quiénes beneficia y a quiénes perjudica? ¿Cuándo? ¿De qué manera?
Natalucci:
ResponderBorrarEn varios de esos países (doy fe que en Brasil, Chile y Uruguay, y arriesgaría decir que todos los países desarrollados) se puede calcular la inflación para cada una de las canastas posibles, es decir, para cada una de las canastas de los hogares encuestados para formar la canasta del respectivo IPC. Es sólo bajar los microdatos de los presupuestos familiares y asociar cada precio de artículo al gasto en consumo del año base.
Los que lo han hecho, a mediano y largo plazo no encuentran diferencias en la inflación.
Lo cual es algo teóricamente presumible: dos precios o dos combinaciones lineales de n precios no pueden tender a cero o a infinito cuando el tiempo tiende a infinito.
Zaiat, en terminos de Varsky, un LTA enoooorme!
ResponderBorrar.33% si creas el grupo, yo soy el primero en anotarme.
ResponderBorrarAl participante que firma Matias,
ResponderBorrarHe observado que en su segundo comentario ha corregido usted mismo la orientación del primero y hace una consulta razonable.
Un IPC plutocrático favorece o premia con índices más bajos las siguientes situaciones (notará usted que no necesariamente se dan todas en forma conjunta):
1) Crisis económicas (períodos en los cuales a la mayoría de la gente le va mal económicamente respecto a épocas anteriores cercanas)
2) Épocas de aumento de la desocupación.
3) Aumento de controles de precios.
4) Incremento de subsidios innecesarios a consumos propios de los sectores más ricos que deberían dejarse librados al mercado.
Por el contrario un IPC plutocrático perjudica o castiga con índices más altos las siguientes situaciones (notará usted que no necesariamente se dan en forma conjunta):
1) Recuperación económica (períodos en los cuales a la mayoría de la gente le va mejor económicamente que en épocas anteriores cercanas)
2) Épocas de disminución de la desocupación.
3) Disminución de los controles compulsivos de precios.
4) Focalización de los subsidios hacia los artículos y servicios más necesarios.
Si una canasta de IPC es marcadamente plutocrática como la que se había puesto en uso en el año 2000 durante el gobierno de Fernando de la Rúa el gobierno se ve forzado a subsidiar a las escuelas exclusivas de los sectores sociales más ricos, al turismo de los sectores más ricos, a los productos alimenticios que consumen los sectores más ricos, a los sistemas de salud prepagos con todo incluido característicos de los sectores más ricos, y a derivar para esa finalidad innecesaria recursos que podría emplear en mejorar la escuela pública, los hospitales públicos, en aumentar los subsidios a las escuelas privadas de la clase media, a los alimentos más imprescindibles, al gas en garrafa, etcétera.
Esta era la situación con la que se enfrentó el gobierno de Néstor Kirchner cuando comprobó que mis denuncias sobre la canasta plutocrática eran ciertas, luego de que el periodista Jorge Lanata escribiera un editorial sobre lo que yo denunciaba.
Adicionalmente estaba la cuestión de los negocios que hacían los directivos del INDEC con la venta ilegal de información confidencial y con algunas consultoras privadas, el interés de ciertos sectores por desestabilizar la economía y el tema de los bonos actualizables por IPC del Plan Lavagna, que habían sido acaparados en grandes cantidades por especuladores financieros. (Nótese que Lavagna es el fundador de Ecolatina, la consultora que vino dando el IPC más alto)
El gobierno entonces tenía en enero de 2007 tres posibilidades:
1) Subsidiar preferentemente los consumos de los más ricos.
2) Dejar de subsidiar los consumos de los más ricos al precio de una posible espiralización inflacionaria y de que la deuda externa se incremente descomunalmente; ó
3) Dar a los directivos del INDEC la orden procedente, legal y éticamente correcta de que reduzcan el sesgo plutocrático del IPC.
Ricardo Patricio Natalucci
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Los índices de precios pueden tener múltiples usos. Los principales son: (a) deflactar el consumo privado total a fin de medir la variación real del consumo privado en las cuentas nacionales; (b) evaluar el poder adquisitivo del salario con el fin de ajustar salarios mínimos o hacer discusiones paritarias.
ResponderBorrarPara el objetivo (a) lo que se debe usar es un índice basado en la composición del consumo privado total. Para (b) es mejor un índice basado en la composición del consumo del sector involucrado (p.ej. asalariados).
Por ello en diversos países se calculan dos o más índices. En EEUU hay un CPI (Consumer Price Index) general, y uno para asalariados, e índices para diferentes regiones del país. También hay índices privados de precios basados en la canasta de consumo de los ejecutivos, usados por algunas empresas para ajustar el sueldo de sus gerentes en diversos lugares del mundo.
Un índice de precios usualmente es el precio de una canasta en el período t, dividido por su precio en el período base (0). La fórmula es: (suma de pitqi0) sobre (suma de pi0qi0), sumando todos los bienes i=1, 2, ... k). Esta fórmula de Laspeyres es equivalente a otra en que la variación de precios de cada bien es ponderada por el porcentaje de cada bien en el gasto total: suma de wi0(pit/pi0), donde wi0=gasto en bien i/gasto total. Si la canasta es la del consumo total, los bienes resultan ponderados por su participación en el consumo total; si la canasta es la de los asalariados, los ejecutivos o cualquier otro grupo específico, los bienes resultan ponderados por su participación en el gasto de ese grupo.
Esta forma de agregación de los índices se denomina "plutocrática", porque en el gasto pesan más los que gastan más. Esto vale para el índice global y para el índice de asalariados.
Así como en el índice del consumo total pesan más los gastos grandes que los gastos chicos (y por lo tanto un hogar rico pesa más que un hogar pobre), del mismo modo en un índice para asalariados el hogar de un asalariado que gane U$S 5000 pesa más que el de otro asalariado que gane U$S 200.
El nombre "plutocrático" es desafortunado porque mueve a equívocos. Fue introducido por S.J.Prais en 1959 ("Whose cost of living", Review of Economic Studies, pp.126-134) y retomado por J.L.Nicholson en su artículo de 1975 con el mismo título publicado en el Journal of the Royal Statistical Society, Series A, vol. 138, pp.540-542.
A estos índices se les contrapuso (esp. por Nicholson) los índices "democráticos", donde todos los hogares pesan igual sin importar el volumen de su gasto. Se obtienen las ponderaciones wi(h) de cada hogar (h=1, 2, ....N) y se obtiene luego el promedio simple de todas ellas para obtener el juego de ponderaciones del índice.
La propuesta de los índices democráticos (para el total o para los asalariados) no prosperó, por una sencilla razón: no son buenos deflactores, en el sentido común del término.
Un atributo de los índices de precios es que el índice de precios multiplicado por el índice de cantidades = índice de valor nominal del consumo. Los índices "plutocráticos" cumplen con esta cualidad, los "democráticos" no. Por supuesto, los índices de precios de Laspeyres (que se basan en la canasta del período 0) no se multiplican por un índice Laspeyres de cantidades para dar el índice de valor, sino por un índice Paasche: si se divide ïndice de consumo nominal / IPC se obtiene un índice de Paasche de cantidades, basado en la canasta final de cantidades (dejo el álgebra a los interesados), pero eso es otro problema derivado de la asimetría temporal de canastas usadas en los índices.
Un índice de precios que sirva como deflactor tiene que ser "plutocrático", ya sea un índice para el consumo global o para el de los asalariados.
Una derivación, más bien académica, de la distinción entre índices plutocráticos y democráticos (basados ambos en el consumo total, no en los asalariados u otro grupo específico) es la definición de la llamada "brecha plutocrática" (que no es un sesgo). La brecha es simplemente la diferencia entre los dos índices, que se explica por las diferencias de ingreso entre los hogares, así como por sus diferentes elasticidades de demanda (ya sea las vinculadas al ingreso, o las relacionadas con diferentes ordenamientos de preferencias). Un travajo de Roberto Ley y otros muestra que en España la brecha es de medio punto porcentual por año. Dado que las brechas positivas y negativas se compensan en parte entre sí, el promedio de valor absoluto de las diferencias a nivel de los diferentes bienes es de 0.9 puntos porcentuales.
ResponderBorrarEsto no significa que un índice sea mejor que el otro: solo significa que existen diferencias de ingreso y gasto en España, y que las composiciones del consumo varían según los niveles de ingresos y gastos.
Referencia:
Eduardo Ley, 2005. "Whose inflation? A characterization of the CPI plutocratic gap," Oxford Economic Papers, vol. 57(4), pp. 634-646.
Otra vez: ¡Bravo Héctor!
ResponderBorrarSr. Nelson Noya:
ResponderBorrarNo entiendo bien lo que usted quiere decir en la última frase de su mensaje. Pienso que puede que haya querido usted decir que dos precios a y b o dos combinaciones lineales a y b de n precios no pueden tender una a cero y la otra a infinito cuando el tiempo tiende a infinito. ¿Es eso lo que quiso decir?
Respecto a lo que comenta usted antes de eso en el mismo mensaje, si no interpreto mal usted dice que da fe de que al menos en Brasil, Chile y Uruguay se pueden bajar (de Internet) las canastas de cada uno de los hogares encuestados en la encuesta de gastos que sirve de base al IPC de dichos países. ¿Es correcta mi interpretación de lo que usted dice? ¿Podría usted, para poder yo responderle mejor, más que dar fe publicar aquí los links de donde bajar esas canastas de cada hogar encuestado en esos países?
Ricardo Patricio Natalucci
DNI: 8.464.942
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0.33, yo también me anoto en el grupo!
ResponderBorrarNatalucci, vos la sabés lunga. Generico, no existís!
Sam Plutothstein
pd: Che Natalucci, un consejo. En los CV se pone lo más actual y relevante al principio. Ya podés ir borrando lo del INDEC de hace 25 años...
Al participante que firma simplemente Hector,
ResponderBorrarLas referencias que usted cita son algunas de las habituales, pero a los errores conceptuales de ciertos autores suma usted los suyos propios y hasta en ocasiones se limita usted a copiar y lo hace mal, (evidentemente sin que el participante Mister se de cuenta de nada, ya que lo aplaude todo el tiempo a usted como la mona Chita a Tarzán de los monos, sin saber de qué habla)
Leyéndolo en sus comentarios en este artículo de Olivera y en el anterior da la impresión de que de repente comenzó usted a buscar en google y quiso entender en 30 minutos lo que a mi me llevó 30 años.
Por ejemplo es evidentemente falso lo que usted afirma en el sentido de que el principal uso del IPC sea “deflactar el consumo privado total a fin de medir la variación real del consumo privado en las cuentas nacionales”
Sus consideraciones sobre precios y cantidades son asimismo falsas ya que no se utilizan cantidades en la confección del IPC-GBA.
No conozco ningún “travajo de Roberto Ley y otros” referido a IPC en España. Tal vez usted se refiera al trabajo de Eduardo Ley y otros (1999) titulado “The plutocratic bias in the CPI. Evidence From Spain”.
Ese trabajo en su versión original como puede ver desde el título no habla de brecha sino de sesgo. Yo siempre he aclarado que la diferencia entre dos índices no es un sesgo y posteriormente los autores en algunas publicaciones para el FMI reemplazaron la expresión bias (sesgo) por otra bastante más correcta para lo que ellos refieren que es gap (brecha).
Las diferencias importantes entre usar un IPC plutocrático y uno democrático son las que se observan al pasar de un modelo económico a otro de diferente signo o de una situación económica a la contraria en el sentido que explico aquí al participante que firma Matías.
Esos períodos de fuerte subestimación o sobrestimación son a menudo breves pero marcan frecuentemente lo que pasará en la economía real durante muchos años a partir de ese momento. Por ejemplo la sobreestimación del IPC de fines de 1989 duró muy poco pero tal como yo había anunciado que sucedería produjo un retorno a la hiperinflación, que fue lo que determinó a su vez que se tuviera que implementar el plan de convertibilidad.
Eso es lo que parece que no entienden ni su conocido de usted Roberto Ley ni Eduardo Ley, ni ninguno de los que hablan de sesgo plutocrático sin saber donde radica ese sesgo y tabulan y tabulan brechas sin entender donde buscar las significativas.
Ricardo Patricio Natalucci
DNI: 8.464.942
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Estimado Olivera:
ResponderBorrardebería usted desaconsejar tonos como el que sigue?
"sin que el participante Mister se de cuenta de nada, ya que lo aplaude todo el tiempo a usted como la mona Chita a Tarzán de los monos, sin saber de qué habla"
Las faltas de ortografía son molestas, pero no indican que no se sabe de qué se habla:
“travajo de Roberto Ley y otros”
En cambio, algunas afirmaciones .....
"no se utilizan cantidades en la confección del IPC-GBA"
entonces natalucci dice que la inflación actual está causada por una conspiración contra el gobierno?
ResponderBorrarMi intrigá cómo es el desarrollo de esta teoría. Digo, más allá de sesgos plutocráticos y esas cosas, ¿cómo es que opera realmente la cosa? Se juntan a la noche en galpones abandonados las distintas cámaras empresariales y acuerdan cuánto van a subir los precios tan sólo para hacerle mal a un gobierno que quería acabar con la infamia del sesgo plutocrático?
Ta bien, suena lindo. Entonces al final Moreno es el que mejor entendió todo y nos va a librar de este flagelo tan pronto en cuanto sus "muchachos" pongan en caja a los conspiradores...
El participante que firma Mister (si se trata de la misma persona) ha tenido hace no muchos años en otro foro una participación activa aportando propuestas interesantes y argumentos. Aquí, tal vez víctima de una furia a la que no puede encauzar positivamente se rebaja a no proponer, a no argumentar, y en algunos casos como el de sus participaciones mas recientes la imagen que mejor describe lo que viene haciendo es la que he expresado.
ResponderBorrarNo es mi intención agraviar a nadie ni burlarme de nadie sino lograr que, sobre todo aquellos que tienen la capacidad intelectual para hacerlo, hagan un esfuerzo para argumentar racionalmente.
Lo que afirmo sobre la posible obnubilación de quien firma Mister puede observarse nuevamente en el mensaje de hoy, ya que ni siquiera ahora parece haberse dado cuenta de que en la frase que he citado y que él mismo vuelve a citar no hay solamente un error de ortografía sino un nombre erróneo atribuido al autor del trabajo referenciado por el participante que firma simplemente Hector.
Y eso no parece haberlo notado Mister pese a que para los más distraídos tuve el cuidado de agregar una ironía que destacara el error en el nombre del autor del trabajo cuando dije al participante Hector “Eso es lo que parece que no entienden ni su conocido de usted Roberto Ley ni Eduardo Ley, ni ninguno de los que hablan de sesgo plutocrático sin saber donde radica ese sesgo y tabulan y tabulan brechas sin entender donde buscar las significativas.”, siempre, como se ve, no limitándome a la ironía por la ironía en si misma sino acompañándola de argumentos.
Luego Mister apela a otro de los recursos que últimamente ha hecho habituales, el que consiste en insinuar ignorancia de alguien sin explicar en qué consistiría esa ignorancia ni argumentar por qué supone que hay allí ignorancia.
Al participante que firma efehache le aconsejaría que si le intriga saber como es el desarrollo de mi teoría comience por leer sobre ella en lugar de hacer suposiciones y deducciones absurdas.
Ricardo Patricio Natalucci
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Es buenisimo. Ademas de las teorias monetarias, estructuralistas y la ridiculez de la inflacion oligopolista, ahora tambien tenemos la inflacion conspiracionista.
ResponderBorrarRichard Patrick, actualiza el CV!
Sr. Natalucci, ¿el índice democrático hubiera dado un inflación muchísimo mayor durante el año de la salida devaluatoria del 2002?
ResponderBorrarSi la respuesta es positiva, entonces las tasas de pobreza publicadas en octubre de ese año en lugar de ser 50 y pico % hubieran sido 75 y pico u 80%?
Parece que en la realidad todo ocurre en el único sentido de subestimar los niveles de pobreza: con el sesgo plutocrático en las crisis; y con el índice democrático en las recuperaciones.
ResponderBorrarSr. Oti,
ResponderBorrarEfectivamente el índice democrático habría dado una inflación muchísimo mayor durante el año de la salida devaluatoria del 2002.
Los porcentajes de pobreza de la población no están tan vinculados al IPC como pretenden hacer creer algunos economistas como Claudio Lozano y otros, ya que metodológicamente se parte para su cálculo de una Canasta Básica Alimentaria (CBA) que es normativa (es decir establecida de acuerdo a criterios nutricionales de “lo que debería ser” y no “de lo que es”), y por ello resulta independiente de la estructura de ponderaciones del IPC y no afectada a nivel ponderaciones por el sesgo plutocrático (CBA ni siquiera utiliza ponderaciones sino cantidades). Por lo tanto a nivel composición del gasto no estaría afectada por el carácter plutocrático de una canasta de IPC y ni siquiera del carácter plutocrático del capítulo alimentos del IPC. La línea de pobreza se basa por su parte en el valor de la llamada Canasta Básica Total (CBT) que se calcula aproximadamente como el doble del valor de la CBA (formalmente se multiplica el valor de CBA por la inversa del coeficiente de Engel para el grupo de referencia, lo que da aproximadamente ese doble de CBA que le decía), por lo tanto tampoco está atada en cuanto a ponderaciones al carácter plutocrático del IPC.
Tanto CBA como CBT tienen distorsiones que sería extenso detallar aquí, y que en cuanto a CBA pasan centralmente por el absurdo de medir indigencia incluyendo bebidas gaseosas y café, y al mismo tiempo no tener en cuenta gastos no alimentarios que si no se dispone del dinero para ellos la vida puede estar en peligro tanto como si se tratara de desnutrición. Ambas canastas (CBA y CBT) también están afectadas por las distorsiones plutocráticas de los lugares de compra, y es allí donde veo que habría estado la principal subestimación de pobreza e indigencia del año 2002, aunque le insisto, mucho menor a la subestimación de IPC.
Además, por lógica sumado a lo que le expuse tenemos el hecho de que no hay una relación proporcional, lo que se entiende fácilmente con un ejemplo: si la inflación real en lugar de ser del doble de la publicada hubiera sido del 400% o del 800% el porcentaje de pobreza dentro del total de la población evidentemente no podría ser del 90% o del 180%.
Por esto los porcentajes de pobreza de la población en 2002 fueron casi seguramente más altos que los publicados, pero por las razones que le expuse no creo que hayan llegado a ser del 75% u 80%.
Lo que usted manifiesta como posible intencionalidad podría llegar a admitirse más que para pobreza para el cálculo del IPC, es decir de la inflación de bolsillo sufrida por los consumidores, y allí lo que sucedió en 2002 no es culpa del gobierno kirchnerista y la reducción del sesgo plutocrático es una mejora desde el punto de vista de respetar y reflejar la realidad de los sectores de ingresos medios y los de ingresos bajos que estaban marcadamente subrepresentados en el IPC plutocrático.
La puesta en uso de un IPC más democrático denotó y denota la intención por parte del gobierno nacional de seguir profundizando políticas económicas que favorezcan a los sectores más pobres y de clase media.
Si en un futuro una administración de gobierno implantara nuevamente una canasta más plutocrática que la actual eso denotaría la intención por parte de ese gobierno de implementar políticas económicas perjudiciales para los más pobres y para la clase media.
Ricardo Patricio Natalucci
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Yo recuerdo que los alimentos básicos en aquel tiempo subieron muchísimo más que el IPC general, sobre todo, entre enero y junio del 2002 contra diciembre de 2001: tasas % de aumento en determinados alimentos (queso, latas de tomate, aceite, arroz, fideos, lentejas, etc.) que iban de 150% a 300%.
ResponderBorrarSi los precios de la CBA son una submuestra del IPC, presumo que el aumento de la pobreza hubiera sido bastante mayor aplicando el índice democrático del IPC. La intuición me dice que hubiera sido bastante más del 60% de la población.
Sr. Oti,
ResponderBorrarJustamente, el IPC durante el año 2002 subestimaba terriblemente porque los directivos del INDEC habían aumentado el sesgo plutocrático en la metodología de 1989 y lo volvieron a aumentar mucho más aún en la metodología del año 2000. Al aumentar tanto el sesgo plutocrático había bajado a la mitad y en algunos casos a menos de la mitad la ponderación del queso, latas de tomate, aceite, arroz, fideos, lentejas, etc. y entonces todos esos aumentos incidían mucho menos de lo correcto en el IPC.
Note usted que el problema básicamente no estaba en los precios captados (los encuestadores trabajan bien), sino en las ponderaciones del IPC.
Lo único que tiene en común el IPC con la CBA es la captación de los precios (que como ya dijimos se captan bien), y como la CBA no usa las ponderaciones del IPC no tenía sesgo plutocrático, en otras palabras seguía computando las cantidades adecuadas de queso, latas de tomate, aceite, arroz, fideos, lentejas, etc. que necesita una familia.
Si se seguían tomando las cantidades correctas (verdaderas) y los precios estaban bien tomados llegamos a que básicamente CBA estaba bien calculada.
Puede que la pobreza haya llegado a 65%, tal vez 68%, más que eso es muy difícil porque así como hay un núcleo duro de pobreza hay la contraparte, que es un núcleo duro de riqueza (pongamos el 10% más rico de la sociedad), y luego sigue un 20% que aunque en años tan malos como 2002 no la pase muy bien está aún lejos de no poder pagar la CBT.
Eso no significa que CBA sirva para estimar correctamente la indigencia, o que CBT sirva para estimar correctamente la pobreza. Para medir la indigencia sería razonable no limitarse a una Canasta Básica Alimentaria, sacar de la canasta las gaseosas y el café y agregar gasto en zapatillas, ropa, garrafa de gas o kerosene, jabón, lavandina, y docenas de cosas más que son totalmente imprescindibles. Además habría que hacer un estudio mucho más detallado por zonas. En cuanto a CBT posiblemente sería más razonable definir una canasta normativa específica.
El año 2002 fue terrible porque además de subir como usted dice los artículos más necesarios bajó en muchos casos la calidad de los mismos y bajó la calidad de vida en general. En el ferrocarril Roca ramal Florencio Varela por ejemplo en pleno invierno no había ni una luz, ni un solo vidrio en ninguna ventana de ningún vagón. En las noches de lluvia la gente iba apiñada en los pasillos y los asientos estaban vacíos por la lluvia a raudales que entraba por las ventanillas sin vidrios. Llegaban a sus casas empapados y no podían comprar la carga de la garrafa de gas, que había subido de $6 a $18 y en algunos barrios aún más. Recuerdo de en una madrugada de intenso frío escribí un email a Nélson Castro por el aumento de las garrafas (lo envié a la radio) y él y su asistente se rieron de eso y bromearon con el frío.
Me pregunto también por qué guardaban silencio sobre el IPC los medios, las consultoras, los Gustavos Noriegas, y cada uno de los que ahora no paran de hablar del IPC y del INDEC, es decir, no es que me pregunte el porqué, sino que me pregunto como no se les cae la cara de vergüenza.
Ricardo Patricio Natalucci
DNI: 8.464.942
Ex supervisor del INDEC 1980-1985
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
Ex asesor de la Secretaría de Planificación de Presidencia de la Nación 1986-1991
Director del portal estadístico no gubernamental www.indec.com.ar.
Email: ricardonatalucci@indec.com.ar
Teléfono: (011) 15-5347-2390
Sr. Natalucci:
ResponderBorrarClarisima la diferencia entre sesgo y brecha. Sesgo es la diferencia con respecto al parametro a estimar (bueh, la esperanza matematica). Por lo que una diferencia entre indices no mide sesgo, sino brecha.
Correcto y su busqueda de precision habla bien de usted. Ahora bien, una pregunta que aun no me ha contestado: cuanto era el sesgo al momento de la intervencion del INDEC?
Gracias
Al participante que firma simplemente Eduardo,
ResponderBorrarEl sesgo al momento de la “intervención” del INDEC era tan grande que la estructura de ponderaciones de la canasta representaba en esencia a una familia de altos ingresos (aproximadamente a una familia ubicada en el percentil 85 de los hogares del Gran Buenos Aires ordenados de menor a mayor por capacidad de gasto per cápita). El sesgo en la estructura de ponderaciones se puede medir respecto a la mediana o respecto a la estructura de ponderaciones calculada con la fórmula correcta, es decir sin ponderar las estructuras familiares por nivel de gasto, ya que esa ponderación por nivel de gasto es espuria en un IPC, y es la causa principal de sesgo plutocrático.
Tal vez usted haya querido preguntarme no cuánto era el sesgo sino cuánto era el efecto del sesgo sobre el incremento del IPC a enero de 2007, y esa sería una pregunta diferente que puede usted hacer cuando guste. Note por favor la diferencia entre sesgo plutocrático (que debe medirse allí donde está, es decir principalmente en la estructura de ponderaciones de la canasta, en las especificaciones de la variedades, y en la selección y ponderación de los lugares de compra), y efecto del sesgo plutocrático sobre el incremento del IPC en un período t en particular, que debe medirse respecto al verdadero incremento del IPC en ese período t.
.Ricardo Patricio Natalucci
DNI: 8.464.942
Ex supervisor del INDEC 1980-1985
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