El estudio de los índices de masculinidad es una de las áreas más apasionantes de la demografía. Hay tantas razones que se solapan para que el índice varíe que para entender esas variaciones se necesita un enfoque multidisciplinario donde confluyen además de la biología y la medicina casi todas las ciencias sociales, desde la historia a la economía, y todas las relacionadas con el estudio de los cambios en el medioambiente.
La forma más habitual que se usa para el índice de masculinidad es un número entre 0 y 100 que dice la cantidad de hombres cada 100 mujeres que hay en un grupo de población. Si el número está por debajo de 100 hay más mujeres que hombres, si está por encima de 100, hay más hombres que mujeres. En nuestro país, varía mucho por región. Así, en la Ciudad de Buenos Aires el índice es 85,2 y en la provincia de Santa Cruz 106,2. Valga aclarar que esos son los índices del total de la población, considerando desde los bebés recién nacidos hasta los que pasaron el siglo. Algunos datos para otros países del mundo se pueden ver acá, donde está uno de los gráficos más lindos que hice en mi vida.
Si estudiar los índices de masculinidad es interesante, imaginen lo que será estudiar los índices de masculinidad al nacer. El caso es que en todos los países del mundo nacen más varones que nenas, pero en algunos países más que en otros. El índice no sólo varía según los países, sino también históricamente dentro de los mismos países. Por ejemplo, ahora mismo parece que se está observando una caída en los países del norte de Europa y se está testeando la hipótesis de que podría ser por cambios hormonales debido a la contaminación ambiental.
El índice varía también por causas socioculturales. Son muy conocidos los casos de la China y de la India, donde los futuros padres descubren por medio de ecografías el sexo de su hijo y si es una nena, eligen abortarla. En esos dos mismos países, las nenas también se abandonan o se matan al nacer y en general, se las cuida bastante poco durante la infancia. Una de las teorías explicativas dice que la idea es que no lleguen vivas a la edad núbil, ya que ahí se ponen caras porque hay que pagar dote cuando se casan.
En fin, que todo esto viene a cuento por algo que Lucas Llach y Martín Tetaz publicaron en Twitter, sugiriendo que en Argentina pasa algo parecido a lo que pasa allá y que habría aborto selectivo en el Conurbano bonaerense. Interesante hipótesis, aunque algo delirante.
¿Qué dicen los datos? Justo en estos meses se están publicando los datos del censo, con una información impresionante. Tenemos las pirámides poblacionales de cada uno de los partidos y municipalidades de toda la Argentina, incluidas las del conurbano, así que es muy fácil revisar la afirmación. No hace falta demasiado number-crunching pero sí tener un poco de paciencia.
Lo que se ve es que en el grupo de población de 0-4 años el índice varía desde 106,2 en el Tigre hasta 100,9 en Avellaneda, mientras en el grupo de población de 5-9 años varía de 105,9 en Ituzaingó a 99,2 en San Fernando. El resto de los partidos se pueden ver en el gráfico que ilustra este post.
¿Alguna señal de aborto selectivo en el Conurbano? Nada, nothing, rien du tout. Para el GBA en general, el índice es de 103.6 para el grupo 0-4 años y 103.3 para el grupo 5-9 años, igual que el de todo el país.
Lo que se ve en algunas zonas es un índice de masculinidad casi demasiado bajo, exactamente lo contrario de lo que indicaría la hipótesis del aborto selectivo, lo que podría estar indicando de acuerdo a la literatura o una baja calidad del sistema de salud o – y esta sí es una hipótesis interesante – un alto grado de contaminación ambiental, dos factores que hacen que haya menos varones que nenas en la población.
así que a las nenas las trae la ciguña roñosa
ResponderBorrarviva la mugre! ;)
pequeña addenda: el índice de masculinidad puede ser más que 100, y de hecho lo es en casi todos los partidos
¿y cual seria la ventaja de los supuestos "abortos selectivos"? En una sociedad agraria y en entornos de pobreza (como en la Alta Edad Media) sería considerable puesto que se necesitaban manos fuertes para el trabajo de la tierra (y nadie, por feminista que sea, discutirá que la capacidad de generar masa muscular del hombre es mayor que la de la mujer)... Por otro lado sería necesaria una ecografía entre la semana 16 a la semana 20, es decir antes de cumplir los cinco meses para determinar el sexo... ¿un aborto de un feto de cuatro meses?... a menos, claro está, que se decidan con métodos caseros como la forma de la panza o el pendular de un anillo... En fin, parece (ins)pirado en Miguel Del Sel...
ResponderBorrarMuy bueno Ana, el nivel de mandafrutismo al que se puede llegar para mostrar que está todo horrible y apocalíptico (cuando lo cierto es que está mas o menos, como de costumbre, quizá algo mejor) supera todas las previsiones.
ResponderBorrarPronto van a vincular los homicidios con sacrificios humanos como dato que avale la tesis del retroceso civilizatorio.
Y en cualquier momento entra Alcides Acevedo a explicar que el índice de masculinidad bajo se explica porque en el conurbano los negros viven de prostituir a sus hijas.
ResponderBorrar