Hoy Exabruptos cumple 10 años. Aunque ahora vegete por la pereza de mi co-autora y los medios alternativos, es un motivo personal de alegría: fue el primer blog de economía argentino y no me canso de repetirlo (no tengo muchos logros así que exagero los pocos). Es un buen momento para sentar una posición porque no me encuentro, creo, en el mismo lugar que hace 10 años. O tal vez son otros los que cambiaron. En cualquier caso, aquí va.
10 años atrás me quejaba del petardismo financiero de Ambito y cerraba la primera entrada diciendo "se ve que hay gente que se desespera con la posbilidad de que Menem no sea presidente". Fui kirchnerista (crítico) de la primera hora. Pero en 2005 vi las señales claras de derrape de la política económica. La fecha es arbitraria pero la salida de Lavagna marca, creo, el quiebre hacia el Nunca Menos que luego mutaría al Vamos por Todo.
En economía se puede ir por todo... por un tiempo, se puede ir por algo... todo el tiempo, pero no se puede ir por todo... todo el tiempo. O, como decimos los economistas, hay trade-offs. El día que la soja deja de subir, que te gastate todo el superávit fiscal y las reservas excedentes, que la demanda de dinero deja de absorber, ese día hay trade-offs (siendo precisos, trade-offs hay todo el tiempo...)
Enuncio una perogrullada profesional: el curso de la política económica nos condena a crecer por debajo de nuestro potencial. Enuncio una presunción política tal vez un poco menos obvia: los K lo saben y la estrategia cambió. Idos los tiempos donde se crecía a tasas chinas (inclusivos; que garantizaban la hegemonía política o la mayoría) no queda sino redistribuir (que garantiza sólo la primera minoría). Los achatamientos de las pirámides salariales en las empresas, el aumento real de la AUH y las jubilaciones (transferencias), las escalas del impuesto a las ganancias corriendo por detrás a la inflación, el aumento real de tarifas o impuestos al patrimonio en los barrios "ricos" y así sigue la lista, son formas imperfectas de la redistribución. Que se entienda: la redistribución está muy bien (aunque insisto hay serios problemas de instrumentación) pero así, solita, no sólo no promueve sino que atenta contra el crecimiento (¿quién invierte en esta economía?).
Tengo que mencionar otra señal de ruptura con el kirchnerismo: la manipulación del IPC. Hay muchas pero a esta le tengo un "cariño" especial: mucho escribí y se debatió... y mucho acá, en Exabruptos.
Y si fueran sólo mis disidencias con este modelo de represión financiera + proteccionismo + atraso cambiario, casi que no estaría enfrente. ¿Qué puedo decir de la política? No puedo entender como (digamos) perseguidos políticos se convierten en perseguidores. No puedo entender que alguien deje sin laburo a otra persona por pensar diferente. Explico la tentación hegemónica pero ¿no tenemos anticuerpos para las barbaridades y los excesos? Ojo que no me gusta Clarín, pero la supresión del debate (eso y no otra cosa hace, por ejemplo, la asignación de la publicidad oficial) con el argumento de dar pelea política y mediática me huele a viejo. Sobre todo me huele a injusto. No puede ser la base de nada bueno.
Así que 10 años después cambié y no soy kirchnerista. Por economía pero sobre todo por política. O ellos cambiaron. Buen momento para sentar una posición; además porque somos varios los que salimos del closet (aunque voy a extrañar las discusiones con mis amigos K). En todo caso, y hecho el trabajo, sólo queda festejar de la mejor manera posible.