Cuenta hoy Clarín en la página 29 de su edición impresa (¿no era una noticia para la tapa?), y también en su edición online, una "llamativa voltereta de los senadores oficialistas". Resumo la historia pero hay que leerla. En diciembre de 2004, el Senado pasó una ley que creaba enormes (del orden de los 700 a 800 millones de pesos anuales) incentivos fiscales para las petroleras y los grandes grupos agrindustriales para fomentar la producción de biocombustibles. Ahora, y por instrucción del gobierno, la cámara de Diputados aprobó un proyecto que elimina buena parte de las exenciones e introduce incentivos para las pequeñas y medianas empresas; también elmina al reducción impositiva para solvente y aguarrás.
Ahora, cuenta el periodista Oña, algunos senadores tendran que dar explicaciones. Entre ellos, Pichetto, Capitanich, Jaque, Reutemann y Marín acerca de porque borran con el codo lo que escribieron con la mano. Según Oña:
"una de tres: o habían promovido un mal proyecto o consideran que el nuevo es mejor, así sea por completo diferente o, simplemente, seguirán órdenes de la Casa Rosada."
Los senadores repartieron varios cientos de millones de dólares en incentivos fiscales. Poco más de un año después, el gobierno da vuelta la historia y los elimina. Y los senadores generosos se callan la boca y levantan la mano. Un escándalo.
PD: No tengo ni idea, porque amerita un análisis profundo, acerca de las bondades de estimular de esa manera la producción de biocombustibles. Pero me temo que tampoco los senadores tienen ni idea.
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