Hace unos días empecé a ver The West Wing, una serie norteamericana sobre los entrelones de un gobierno demócrata. Confieso que a esta altura ya me tiene un poco harta porque se puso medio repetitiva y a veces es demasiado políticamente correcta, pero por lo menos me sirve para aprender historia yanqui de la que soy bien ignorante. Mientras la miraba, descubrí con sorpresa que mucho del análisis político que se hace en el país está de lo más inspirado en The West Wing, lo que considerando las obvias diferencias entre un país y otro no siempre puede ser lo más adecuado, pero para no ir en contra de la corriente haré lo mismo porque encontré un ejemplo que me llegó al corazón.