
La palabra "intelectual", usada como sustantivo para referirse al "trabajador intelectual" que adopta una postura política, se acuñó en 1898, cuando Georges Clemenceau la empleó durante el caso Dreyfus para felicitar a "intelectuales" como Marcel Proust y Anatole France, que se habían aliado con Emile Zola, el gran defensor de Dreyfus.(...)