El (casi) siempre brillante Paul Krugman plantea una pregunta muy interesante en su última columna A Crude Shock aparecida en el New York Times el 14 de mayo de 2004 que reformulo de esta manera: ¿Qué ocurriría si se produjera una caída brusca en la oferta de petróleo ahora que los precios y la demanda están en valores anormalmente altos?. Pero veamos la retórica de PK:
“So far, the current world oil crunch doesn't look at all like the crises of 1973 or 1979. That's why it's so scary.
The oil crises of the 1970's began with big supply disruptions: the Arab oil embargo after the 1973 Israeli-Arab war and the 1979 Iranian revolution. This time, despite the chaos in Iraq, nothing comparable has happened — yet. Nonetheless, because of rising demand that is led by soaring Chinese consumption, the world oil market is already stretched tight as a drum, and crude oil prices are $12 a barrel higher than they were a year ago. What if something really does go wrong?
Let me put it a bit differently: the last time oil prices were this high, on the eve of the 1991 gulf war, there was a lot of spare capacity in the world, so there was room to cope with a major supply disruption if it happened. This time there isn't.”
Sigue Krugman con un poco de economía básica: si hay excesos de demanda entonces los precios suben y los productores tienen un incentivo a producir más ¿correcto? Si pero en el mientras tanto que… Usualmente los economistas nos olvidamos que la gente y las empresas (los “agentes económicos” dicho más seriamente) no siempre pueden reaccionar inmediatamente a los incentivos. A veces, los nuevos incentivos no se perciben bien. A veces, el cambio lleva tiempo. Un ejemplo de lo segundo lo da el propio Krugman:
“To see the problem, think about gasoline. Sustained high gasoline prices lead to more fuel-efficient cars: by 1990 the average American vehicle got 40 percent more miles per gallon than in 1973. But replacing old cars with new takes years. In their initial response to a shortfall in the gasoline supply, people must save gas by driving less, something they do only in the face of very, very high prices. So very, very high prices are what we'll get.”
Vale la pena recordar, como señala Krugman, que los precios altos del petróleo dieron lugar a la estanflación (cacofónica combinación de estancamiento e inflación) a principio de los años setenta. La inflación es hoy menos probable porque los mercados de trabajo son menos combativos y hay más ejército de reserva. Aun así, la correlación entre el desempleo en los EE.UU. y los precios del petróleo – que se mueven bastante en sincro – sugiere que los norteamericanos la van a pasar mal durante los próximos años. Y cuando ellos se resfrían todos estornudamos.
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