10. That actor who played the President was totally unconvincing
9. It oversimplified the way I stole the election
8. Too many of them fancy college-boy words
7. If Michael Moore had waited a few months, he could have included the part where I get him deported
6. Didn't have one of them hilarious monkeys who smoke cigarettes and gives people the finger
5. Of all Michael Moore's accusations, only 97% are true
4. Not sure - - I passed out after a piece of popcorn lodged in my windpipe
3. Where the hell was Spider-man?
2. Couldn't hear most of the movie over Cheney's foul mouth
1. I thought this was supposed to be about Dodgeball
jueves, 29 de julio de 2004
lunes, 12 de julio de 2004
Pseudoeconomistas
Tengo las bolas llenas. No es que sea nuevo esto de leer a pseudoeconomistas pero el nivel de la discusión es cada vez más bajo.
¿Dónde abunda la pseudoeconomía de derecha? En un sitio llamado Economía para todos que bien podría llamarse Economía para gente como uno.
En un estilo diálogico, Cachanosky escribe:
Retórica aparte ¿cuáles son las fuentes del pesimismo de Cachanosky? Son cuatro que resumo para no aburrir:
1) Un presidente dedicado al revanchismo histórico y boicoteando la paz, tan necesaria.
2) Una legión de bárbaros armados con palos y capuchas "mientras el Estado mira para otro lado y argumenta falsamente que reestablecer el orden público implica generar violencia, sangre y muertos".
3) El principal opositor político "no dejó desastre sin hacer".
4) Una dirigencia política que no tomó conciencia de la necesidad de reglas de juego estables y eficientes.
Vale repetirlo. El pesimismo de Cachanosky se fundamenta en el setentismo de Kirchner, los piqueteros duros, la falta de oposición política y la ausencia de reglas de juego.
Salvo por el último punto que es discutible y del cual Cachanosky no desarrolla nada, es todo sanata.
Sólo por tomar el argumento archiconocido de que no va a haber inversión extranjera si los piqueteros duros siguen sin ser reprimidos... ¿acaso alguien cree seriamente que Repsol va a dejar de invertir en la Argentina porque le sitiaron la sede? La verdad es que la inversión directa extranjera cuando va a sectores estrátegicos como energía o cautivos como infraestructura, invierte hasta en Afganistán. Claro, la prima de riesgo será mayor pero eso es todo.
No es que yo crea que el accionar de los piqueteros duros, o la inseguridad por tomar otro caso, no tienen ninguna consecuencia sobre la tasa de inversión. No me gustan. Pero ¿no se le ocurre pensar que el surgimiento de estos fenómenos tiene algo que ver con la enorme tasa de desempleo que nos dejó el Menemismo?
Claro, como el modelo ya no tiene padre sus "hijos" son huérfanos.
¿Dónde abunda la pseudoeconomía de derecha? En un sitio llamado Economía para todos que bien podría llamarse Economía para gente como uno.
En un estilo diálogico, Cachanosky escribe:
¡Che, Roberto, déjate de ser tan pesimista! En varias oportunidades me han dicho esta frase al leer mis notas o asistir a algunas de mis presentaciones sobre la situación económica argentina.Y enseguida (se) contesta con las posibles actitudes a tomar: revisar la posición, confirmar la postura y aun teniendo razón callarse la boca para no generar desánimo.
Retórica aparte ¿cuáles son las fuentes del pesimismo de Cachanosky? Son cuatro que resumo para no aburrir:
1) Un presidente dedicado al revanchismo histórico y boicoteando la paz, tan necesaria.
2) Una legión de bárbaros armados con palos y capuchas "mientras el Estado mira para otro lado y argumenta falsamente que reestablecer el orden público implica generar violencia, sangre y muertos".
3) El principal opositor político "no dejó desastre sin hacer".
4) Una dirigencia política que no tomó conciencia de la necesidad de reglas de juego estables y eficientes.
Vale repetirlo. El pesimismo de Cachanosky se fundamenta en el setentismo de Kirchner, los piqueteros duros, la falta de oposición política y la ausencia de reglas de juego.
Salvo por el último punto que es discutible y del cual Cachanosky no desarrolla nada, es todo sanata.
Sólo por tomar el argumento archiconocido de que no va a haber inversión extranjera si los piqueteros duros siguen sin ser reprimidos... ¿acaso alguien cree seriamente que Repsol va a dejar de invertir en la Argentina porque le sitiaron la sede? La verdad es que la inversión directa extranjera cuando va a sectores estrátegicos como energía o cautivos como infraestructura, invierte hasta en Afganistán. Claro, la prima de riesgo será mayor pero eso es todo.
No es que yo crea que el accionar de los piqueteros duros, o la inseguridad por tomar otro caso, no tienen ninguna consecuencia sobre la tasa de inversión. No me gustan. Pero ¿no se le ocurre pensar que el surgimiento de estos fenómenos tiene algo que ver con la enorme tasa de desempleo que nos dejó el Menemismo?
Claro, como el modelo ya no tiene padre sus "hijos" son huérfanos.
domingo, 11 de julio de 2004
Los costos de la inflación
Los economistas venimos debatiendo cuales son los costos de la inflación. Y lo hicimos en términos relativos a un bien sumamente valioso: el empleo. Este debate se hizo frente al análisis que sugería - y sugiere aunque por un tiempo se haya pensado lo contrario - que existe un trade-off entre inflación y desempleo.
Tengo la impresión de que los gobiernos han pagado precios muy caros en términos de empleo para bajar la inflación pero, más allá de lo que piense (que poco importante), en la revisión del debate aparecieron algunas joyitas para compartir.
Por ejemplo, James Buchanan y Richard Wagner son dos excelentes economistas. Conservadores, pero excelentes. No se trata de un Arthur Laffer (por elegir alguien de afuera) o de un Cachanosky (por elegir alguien de por aquí). No. Son dos titanes de los cuales uno aprende siempre.
Sin embargo, en el capítulo 5 de su Democracy in Deficit: The Political Legacy of John Maynard Keynes desarrollan su aversión a la inflación y, entre otras cosas, dicen:
Tengo la impresión de que los gobiernos han pagado precios muy caros en términos de empleo para bajar la inflación pero, más allá de lo que piense (que poco importante), en la revisión del debate aparecieron algunas joyitas para compartir.
Por ejemplo, James Buchanan y Richard Wagner son dos excelentes economistas. Conservadores, pero excelentes. No se trata de un Arthur Laffer (por elegir alguien de afuera) o de un Cachanosky (por elegir alguien de por aquí). No. Son dos titanes de los cuales uno aprende siempre.
Sin embargo, en el capítulo 5 de su Democracy in Deficit: The Political Legacy of John Maynard Keynes desarrollan su aversión a la inflación y, entre otras cosas, dicen:
“We do not need to become full-blown Hegelians to entertain the general notion of zeitgeist, a "spirit of the times." Such a spirit seems at work in the 1960s and 1970s, and is evidenced by what appears as a generalized erosion in public and private manners, increasingly liberalized attitudes toward sexual activities, a declining vitality of the Puritan work ethic, deterioration in product quality, explosion of the welfare rolls, widespread corruption in both the private and the governmental sector, and, finally, observed increases in the alienation of voters from the political process. We do not, of course, attribute all or even the major share of these to the Keynesian conversion of the public and the politicians. But who can deny that inflation, itself one consequence of that conversion, plays some role in reinforcing several of the observed behavior patterns. Inflation destroys expectations and creates uncertainty; it increases the sense of felt injustice and causes alienation. It prompts behavioral responses that reflect a generalized shortening of time horizons. "Enjoy, enjoy"—the imperative of our time—becomes a rational response in a setting where tomorrow remains insecure and where the plans made yesterday seem to have been made in folly”.Otra joyita, menos valiosa porque es más fanático y menos inteligente, es la propia cita que ellos hacen de Wilhelm Röpke en su Welfare, Freedom and Inflation [Tuscaloosa: University of Alabama Press, 1964], p. 70) diciendo:
"Inflation, and the spirit which nourishes it and accepts it, is merely the monetary aspect of the general decay of law and of respect for law. It requires no special astuteness to realize that the vanishing respect for property is very intimately related to the numbing of respect for the integrity of money and its value. In fact, laxity about property and laxity about money are very closely bound up together; in both cases what is firm, durable, earned, secured and designed for continuity gives place to what is fragile, fugitive, fleeting, unsure and ephemeral. And that is not the kind of foundation on which the free society can long remain standing"¿No será mucho almirante?
lunes, 5 de julio de 2004
Gastos reservados
El desafío es simple: los gobiernos verdaderamente democráticos deberían publicar su asignación de gastos de publicidad entre los diferentes medios. ¿A qué no se animan?
Acertijo: ¿Quién dijo esto?
¿Quien escribió lo siguiente?
Curioso. Simplemente, curioso.
Faced with these difficult dilemmas, the authorities did not use their limited margin of maneuver well. They postponed the needed public debt restructuring too long and sent mixed signals on the ultimate choice of exchange rate regime–thus further undermining the already deteriorating confidence.Obviamente, quien lo escribió, cree que a cierta altura de los problemas, Argentina tenía que decretar el default. Lo dijo Guillermo Perry, economista jefe del Banco Mundial en un trabajo sobre la crisis argentina. ¿Cómo?. Si. La crítica es porque Argentina no declaró antes la cesación de pagos.
Curioso. Simplemente, curioso.
sábado, 3 de julio de 2004
Una cita de Alan Blinder de 1987... parece de hoy a la mañana
En el blog de Javier Finkman puede leerse la siguiente cita del libro de Alan Blinder llamado Hard Heads, Soft Hearts: Tough-Minded Economics for a Just Society:
A lo que yo agregaría: hard heart, soft head, unlawful pockets. La peor combinación posible. Esto, señoras y señores, es la cleptocracia.
Republican economics, as we know, changed dramatically with the election of Ronald Reagan. The stern, Puritan economics of Hoover went out. Feel-good economics came in. But that did not mean that the notorios Republican hard heart had melted; it was, after all, the rich who were supposed to do most of the feeling good. (The hope was that some of their good feeling would trickle down to the poor, who were busy making sacrifices for the rest of us.) The early years of Reagonomics marked instead the abandonment of the celebrated Republican hard head. Where once we got cool-headed rationality, sharp-penciled calculations, and fiscal rectitude, we started to get wishful thinking, rosy scenarios, and unbounded deficits. Thus did Reagonomics offer up the worst of both worlds: a soft head and a hard heart.Tiene razón Finkman. Parece que lo hubieran escrito hoy.
A lo que yo agregaría: hard heart, soft head, unlawful pockets. La peor combinación posible. Esto, señoras y señores, es la cleptocracia.
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