El 21 de abril de 1975, Milton Friedman envió a Pinochet una carta plena de recomendaciones de política económica.
Allí diagnosticaba una típica inflación monetaria producto de la monetización del déficit:
"La causa de la inflación en Chile es muy clara: el gasto público corresponde, aproximadamente, a un 40% del ingreso nacional. Cerca de un cuarto de este gasto no deriva de impuestos explícitos y, por lo tanto, debe ser financiado emitiendo una mayor cantidad de dinero; en otras palabras, a través del impuesto oculto de la inflación. El impuesto inflación, utilizado para levantar una cantidad de dinero equivalente al 10% del ingreso nacional es, por ende, extremadamente gravoso - una tasa impositiva de 300% a 400% (es decir, la tasa de inflación)- impuesta sobre una estrecha base de cálculo- 3% a 4% del ingreso nacional (es decir, el valor de la cantidad de dinero que circula en Chile como efectivo y depósitos en cuentas corrientes)".
Y, entre otras, hacía una durísima recomendación de política económica:
"Un compromiso del gobierno de reducir su gasto en 25% dentro de seis meses; reducción que debiera tomar la forma de una disminución transversal del presupuesto de cada repartición en 25%, con los relativos a personal a tomarse cuán pronto como sea posible. Sin embargo, las reducciones de gasto debieran ser escalonadas en base a un periodo de seis meses para permitir el pago de generosas indemnizaciones".
Friedman era bien claro. Nada de gradualismo. Y era bien consciente de los costos económicos y sociales:
"Para un país como Estados Unidos, en el cual la inflación es de alrededor del 10%, yo aconsejo una política gradual de eliminación en dos o tres años. Pero para Chile, en que la inflación se mueve entre el 10% y 20% mensual, creo que graduar su eliminación no es viable; conllevaría una tan gravosa operación por un periodo de tiempo tan largo, que temo la paciencia no acompañaría el esfuerzo."
"No existe ninguna manera de eliminar la inflación que no involucre un periodo temporal de transición de severa dificultad, incluyendo desempleo".
Tan consciente era que le recomendaba a Pinochet que "tome las providencias necesarias para aliviar cualquier caso de real dificultad y severa angustia que se de entre las clases más pobres" pero sin ninguna recomendación concreta ya que "en este aspecto, mi ignorancia de la situación y acuerdos actuales vigentes en Chile me hacen imposible ser más específico". Pero... ¿no había que reducir el gasto público? ¿qué "providencia" debía o podía tomar Pinochet?
Lo que siempre me va a asombrar de los economistas ortodoxos es su falta de sentido común que, a veces, se lo llama entender l economía política.
...y tan malas no debieron ser esas recomendaciones...decadas despues la Concertación Chilena (no precisamente un bastión de "neoliberales") continuan los lineamientos de aquellas politicas (tan faltas de sentido comun)...hoy Chile tiene acuerdos de libre comercio con EEUU, Canada, Mexico con el Sudeste Asiatico y China y es sin dudas el país más próspero y desarrollado de una Región asolada por populismos demagogos...
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ResponderBorrarNo se, Olivera, este ejemplo me parece un poco injusto. 1) Es una "carta", no un programa económico. 2) Una lectura más generosa podría decir que mientras el gasto total debe bajar 25%, también se debe reasignar dinero dentro del gasto restante para "targetted aid" para "cualquier caso de real dificultad y severa angustia". Igual, creo que el punto clave es el 1). También creo que es un defecto de la mayor parte de los economistas académicos, no solo los "ortodoxos", proponer políticas sin poseer el skill para detectar cuáles se podrían implementar en la práctica o no. (Los "heterodoxos" frecuentemente proponiendo roles para el estado que el aparato estatal existente no puede hacer bien.) Saludos.
ResponderBorrarDe acuerdo en parte FT. La incapacidad del estado para implementar políticas es efectivamente un límite a tener en cuenta. Los "neo"-estructuralistas al menos lo mencionan mientras que los estructuralistas eran mucho más optimistas al respecto. De cualquier manera, algunos programas sociales (como el Plan Jefes) son claramente imprescindibles en forma independiente de cuanto sea la "filtración" de la mala política. Creo que fue Okun en "Eficiencia y Equidad" quien argumentó que si sólo el 20% del impuesto llega a los pobres, igual consideraba el rol del estado en la imposición y las transferencias como ineludible. Creo que tiene que haber un punto medio entre el burócrata keynesiano y el oportunista buchaniano.
ResponderBorrarTibu: mi interpretación del "milagro" chileno es diferente. Además de ser agnóstico, le asigno un rol muy importante a: 1) sostener un tipo de cambio real recontra alto, 2) los ingresos fiscales del cobre y 3) el financiamiento multilateral y el bajísimo financiamiento en el mercado de capitales. Y, de cualquier manera, era una dictadura ¿no? Y llegó a tener un desempleo altísimo, casi 20% si no me falla la memoria (aunque la de acá también y encontró - o se planteó si uno le cree a Canitrot - límites a la aplicación de políticas que pudieran afectar el empleo).
ResponderBorrarMiguel, justo mencionaste el libro Reconstructing Macroeconomics: Structuralist Proposals and Critiques of the Mainstream, que lo estaba buscando. Quería pregutarte donde lo conseguiste.
ResponderBorrarSaludos
PIPPO
Pippo: el libro lo compré vía Amazon. También tengo una versión previa (cuando el libro estaba en etapa de escritura) en formato digital que no es exactamente igual que el libro pero está muy cerca. Si me enviás un mail te la mando a vuelta de correo. Por ser un draft de Lance Taylor, no me parece correcto colgarlo en la página.
ResponderBorrarMiguel muy buen post. Como tributo, te dediqué un post en los Chiflados recomendando tu lectura.
ResponderBorrarSaludos
Larry
Este es el mail de homo-economicus:
ResponderBorrarblogeconomicus@gmail.com
Estudiaste por casualidad en la New School?
Pippo: No. Sólo la vi de afuera una vez a la New School. Mañana, desde la oficina, te envío el file. Worst case, te fotocopio el libro y te lo envío a alguna parte.
ResponderBorrarLarry: Gracias pero... ¿"tributo"? Ya estoy como Ian Anderson... too old for rock and roll, too young to die!
Real Academia Española: tributar: 2. tr. Ofrecer o manifestar veneración como prueba de agradecimiento o admiración.
ResponderBorrarvenerar. (Del lat. venerāri). 1. tr. Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda.
Muchas gracias miguel.
ResponderBorrarMiguel,
ResponderBorrarEsto del "Milagro Chileno" como bien decís parece que tiene muchas aristas.
Si uno se fija en lo que dice wikipedia tanto en inglés como en castellano sobre la economía chilena, leemos por ejemplo, que antes del golpe la pobreza en Chile era de un 20% y cuando se fue Pinochet era del 40%.
Pero yo no soy economista (y tampoco me gustan las verdades reveladas del estilo "Chile: el mejor de la clase").
Así que me encantaría que profundizaras en el caso chileno (eso del cambio alto, el cobre y el financiamiento) si llegás a tener tiempo, o al menos me indicaras algún informe o libro objetivo sobre el tema.
Muy bueno tu blog.
Saludos
Fernando:
ResponderBorrarOK. Tomo el punto pero dejame repasar algunas lecturas antes de revisar el "milagro" chileno.
Miguel,
ResponderBorrarSería excelente. Te dejo un link, "partisano" sin dudas, pero interesante y que por lo menos cita las fuentes:
http://www.dsp.org.au/links/back/issue28/Clarke.htm
Saludos
No creo en ningún milagro, y menos en milagros chilenos...pero de todas formas, por las razones que sean, los chilenos son hoy mucho más ricos que hace 25 años. Y para hacer el tema más concreto, la diferencia de ingreso entre Argentina y nuestros permanentes experimentos en modelos fallidos, y Chile con su antipático modelo, digo, la diferencia de ingresos se achicó mucho en estos 25 años
ResponderBorrarMás que buscar errores en lo que hicieron los chilenos, convendría enfocarse en lo que hicieron bien. Y en mi modesta opinión, lo primero que hicieron bien es mantener los grandes lineamientos de sus políticas económicas a lo largo de distintos gobiernos y en diferentes coyunturas (no olvidemos que el cobre en 2002 estaba a 95 cent la libra)