Cuenta The Economist que:
"American mortgage firms now have to cope with home rage. Borrowers vent their fury on the system that is repossessing their properties by smashing holes in walls and tipping paint over living-room carpets."
Para perder una casa, no me parece tanto. Por mucho menos nosotros le hubiéramos prendido fuego.
Si puede entrar a las ediciones anteriores del New York Post, le recomiendo notas de los últimos días escandalizadas por la acción de un tipo que llama a molestar a los funcionarios de los bancos, fondos de inversión y calificadoras de riesgo. Lo llaman "terrorista inmobiliario".
ResponderBorrarMolestar, aclaremos, no incluye agresiones físicas, sino denunciarlos como partícipes de los estropicios de la especulación financiera.
O sea, algo así como lo que aquí llamamos escraches.