Hoy soy Nestorista por empatía. Que otra cosa puedo ser frente a la conmoción y el dolor que despertó la muerte de Néstor Kirchner. Cerca, buenos amigos y buenos conocidos, con sus ideas acerca de lo mejor, lo que se puede y lo que no se debe, me contaron que están desconsolados, doloridos, abatidos, paralizados, o perdidos. Al voleo, cada uno se describió medio huérfano. Hoy hago de cuenta que Exabruptos sigue siendo un blog (levemente) kirchnerista como hace casi media década atrás y pienso en el legado nestorista: la derrota menemista (voto que repetiría), la nueva corte, los DDHH (algo devaluados) y la política resucitada (aunque sea la vieja). Hoy hago de cuenta que es mucho y que no se podía más. Mañana será otro día.