Hace pocos días un lector de Exabruptos, algo paradójicamente, me preguntó porqué blogueo. "Por vos", le contesté en una respuesta demagógica. Y es cierto. Hay cierta soberbia iluminista en mi blogueo (no en el de todos los blogs económicos, aclaro).
Sin embargo, me quedé pensando que tenía que haber respuestas económicas - o economicistas - que pongan el asunto en términos de ingreso marginal y costo marginal (porqué, a esta altura, mantener dos blogs intensivos y, peor, esquizofrénicos, no es un asunto menor).
Tyler Cowen, uno de los mejores bloggers económicos del mundo, escribió al respecto:
"Blogging makes us more oriented toward an intellectual bottom line, more interested in the directly empirical, more tolerant of human differences, more analytical in the course of daily life, more interested in people who are interesting, and less patient with Continental philosophy..."
Es decir, bloguear me hace mejor divulgador (OK, el punto de partida debe haber sido horrible y no llegué demasiado lejos, concedo a los críticos...) pero ¿mejor economista, qué es lo que parece sugerir Tyler?
Hay en el blog cierta impaciencia, cierta pereza intelectual con el desarrollo de un argumento pleno. Uno insinúa, pregunta, señala, si puede provoca e incomoda, y luego se sienta a esperar reacciones.
El blog es una incitación pero ¿es una masturbación? ¿un coitus interruptus? ¿una eyaculación precoz? (de paso, esta analogía me hace pensar que no leo en forma continua, dependiente, ningún blog de economía escrito por una economista... ¿existen? ¿hicimos bien en negarle el Nobel a la Robinson?)
OK, no tengo la menor idea de porqué blogueo.
PD: Mi pregunta fue de economía positiva, Tyler se hace una pregunta de economía normativa.
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