Ramble Tamble se despachó con un interesantísimo comentario sobre el diseño electoral de la capital. Dice:
"Tal cual marchan las cosas, la fórmula Macri-Michetti se encamina a obtener en primera vuelta una ventaja respecto al segundo representante de la progresía ballotageadora porteña, equivalente al 70% de los votos de esta, sea la opción Telerman o Filmus, importa poco. Sin embargo semejante performance y muestra de fortaleza electoral notable, a los fines de la elección ejecutiva porteña es de valor cero. En efecto, a diferencia del nacional, el ballotage porteño solo contempla como dimensión de fortaleza del candidato triunfante su capacidad de superar el 50% de los votos positivos. Sin embargo ignora absolutamente la segunda determinación de fortaleza electoral relativa, que supone la diferencia del primero respecto al segundo. Claramente entonces el formato del ballotage porteño desvincula los resultados de primera y segunda vuelta, transformando de hecho a la primera ronda en una elección parlamentaria y recién a posteriori en la segunda vuelta, materializa una elección ejecutiva."
Luego advierte sobre el riesgo de que un ejecutivo se encuentre en minoría en el legislativo. Esta advertencia no es lo que me interesa ahora. Sino utilizar el análisis como forma de plantear lo que está en juego dentro de dos semanas, en el ballotage entre Macri y Filmus.
Por un lado, es cierto que en la ciudad hay una potente coalición anti-Macri que, ya en su momento, le dio el triunfo a Ibarra. Por otro, Artemio tiene razón y el diseño electoral de la capital tiene algún aire a injusticia.
Para mí, esas van a ser las pulsiones / partes en pugna de aquí a dos semanas. Por un lado, cierto progresismo que percibe la tensión que existe en que un candidato que sacó más del 45% de los votos, y tal vez más que el segundo y el tercero juntos, pueda no ser el ganador final. Por otro lado, el progresismo o la izquierda más dura, para las cuales Macri es un ícono de la derecha, de los empresarios, de la patria contratista, o lo que fuese.
Hasta aquí, las opciones / pulsiones en pugna eran menos importantes: votabas contra K (y daba lo mismo Tele-man que Macri), votabas a favor de K (y era Filmus), votabas por una convicción clara, un principio ordenador. A mi juicio, todo lo que se jugaba era sí Tele-man había conseguido algo y me alegra saber que no mucho, a pesar de su desatino presupuestario, mediático, de campaña... (mi desagrado ya se había manifestado aquí,aquí, aquí y aquí)
Ahora hay pasiones en pugna. Lo que viene es apasionante.
Lo que viene es Macri ganando igual, porque un % importante de Telerman es anti K y anti Macri, y esos el 24 votan blanco o arrancan el asado a las 9. La izquierda ultra, masomenos lo mismo, pero el asado les sale mal y lo comen con culpa.
ResponderBorrarLo que resta no es apasionante. Va a ser el desagradable intento del gobierno nacional y alguna prensa progre culposa de intentar imponer un candidato de 23% sobre uno de 46% apelando a las mañas de la política argentina estándar. Creo que si Macri se mantiene frio el gobierno solito se va a meter en offside y el fresado le va a terminar limando los dedos.
Lo apasionante va a ser ver cómo se las ingenia Macri para construir poder desde la gestión sin caer en la asquerosidad habitual. Si lo logra, será una revolucion en la politica argentina
Ah, y lo de Artemio con su boca de urna Filmus 27, Telerman 19....muy burdo